Hola, muñeca
El dicho "A la cama no te irás sin saber una cosa más" viene que ni al pelo para lo siguiente. La histeria, cuya etimología viene del griego hystera (útero), la trataban ya los egipcios, griegos y romanos. Decía Galeno que era una afección causada por carencia sexual en las mujeres con tendencias pasionales y provocaba problemas físicos, por lo que se recomendaban los masajes vaginales. Los médicos comenzaron a practicar a las mujeres en sus consultas el masaje o paroxismo pélvico, llegando al punto del agotamiento y de alguna tendinitis que otra de tanta maniobra en la consulta. En 1880 se creó el primer vibrador (estilo plumero electrónico) para que el médico descansara y la mujer se hiciera un "yo me lo guiso, yo me lo como" en la intimidad de su hogar. Cómo no, Freud no podía dejar puntada sin hilo en esta historia y en su comienzo del psicoanálisis estableció que la misma venía de un hecho traumático o abuso de la infancia que afloraba y se manifestaba con una crisis. Así que con el tiempo el vibrador se fue mejorando y acabó siendo un juguete sexual, el satisfyer de las mujeres, sin dejar atrás al hombre, que tiene otro tipo de jueguecitos sin olvidar la famosa muñeca hinchable que, aunque parezca de cuento la risa, sigue teniendo adeptos (en Madrid hay un burdel solo de muñecas hinchables, no se oye un alma). Viendo cómo se puso el panorama con la pandemia, todo a distancia y la psicosis obsesiva de "no me toques que me contagias con mirarme, que ya quiero parecerme a Michael Jackson con sus guantes en su burbuja"), varias empresa online vieron su agosto en crear unas muñecas a gusto del consumidor, moldeables, articuladas (vienen con pechos de silicona de repuesto sin coste adicional), el cliente puede pedirle hasta dientes (como la frase de la Pantoja), recambios para el peinado, pelo (a saber de dónde) y la cabeza (¿será por si se cree el cliente que acaba pensando demasiado?). El envío tarda entre 5 y 7 días. Se entiende que la muñeca viene en el paquete plegada para que trabajes un poquitín como en los muebles del Ikea antes de ponerse a la faena. Y yo me pregunto: ¿qué es que toda esta gente no conoce esa labor en manualidades de toda vida la vida, el "tú y yo" en versión "carne y hueso? Sinceramente, esto no hay quién lo entienda.
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