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Autopista a Rodiles

17 de Diciembre del 2010 - Ana Isabel Meana Pedroarias (Oviedo)

Un año más, al terminar la temporada estival, se han hecho públicas las cifras de visitantes a la playa de Rodiles, en Selorio, Villaviciosa. En diferentes periódicos regionales, el coordinador de Salvamento de Villaviciosa, José Manuel Rodríguez, ha estimado en 600.000 usuarios esta cifra, 16.000 más que el verano pasado. Todos felices: «verano de récord», «Rodiles hasta la bandera»... Entre las razones que explican la preferencia por esta playa se citan la limpieza, el entorno y la buena comunicación por carretera «a pocos minutos de los grandes núcleos de población del centro de la región» (LA NUEVA ESPAÑA, 1 de septiembre de 2010).

El trayecto «en pocos minutos» se hace, necesariamente, en el tramo final, por la antigua VV-6, cuyo trazado fue proyectado hace ¡44 años!, en el año 1966. A su paso por Selorio, la VV-6 carece de aceras, pasos de cebra, señalizaciones llamativas... o de cualquier otro elemento que garantice mínimamente la seguridad de los peatones. Transcurre entre casas, se estrecha considerablemente en algunas zonas, tiene curvas pronunciadas... todo ello no impide que miles de vehículos pasen a gran velocidad (¡hay que llegar para coger sitio!) como en una autopista prolongada hasta el borde de la arena.

En el año 2008 solicité al Principado la adopción de medidas de protección para los peatones. El ingeniero adscrito a la zona se comprometió a visitar la carretera para comprobar si así se requerían. El resultado ha sido la colocación de unas cuantas señales de limitación de velocidad a 50 kilómetros/hora y ¡una señal! (en una de sus curvas) que limita a 40 kilómetros/hora. Eso ha sido todo.

El límite de velocidad no lo cumple casi nadie; tampoco se ve a la Guardia Civil de Tráfico vigilando en ningún tramo de la carretera, los vecinos sólo les vemos cuando pasan para la playa.

Protección Civil de Villaviciosa, que facilita anualmente las cifras de bañistas, sabrá cómo calcular el número de vehículos que les acercan hasta la playa, o quizá no sea su competencia hacerlo. Teniendo en cuenta que:

–El acceso y la salida de Rodiles transcurre necesariamente por Selorio, por tanto los vehículos que van a la playa deben regresar (¡otra vez!) por la pobre VV-6 y, por tanto, cruzan el pueblo dos veces.

–600.000 usuarios se puede estimar, en un cálculo aproximado (¡y generoso!) en unos 200.000 vehículos (tres personas por vehículo). Esto supone 400.000 movimientos por Selorio (van y vuelven de la playa).

–La temporada de verano, del 15 de junio al 16 de septiembre, registró, en consecuencia, unos 4.255 movimientos de vehículos diarios, o lo que es lo mismo, 177 movimientos a la hora o, si se prefiere, tres coches al minuto durante todos los minutos del día.

Claro que esto no es así: no pasan tres coches cada minuto a las dos de la madrugada, por ejemplo. Por tanto: pasan muchos más de tres por minuto durante otras horas, por ejemplo a la una del mediodía o a las siete de la tarde.

Las cifras se pueden analizar de otro modo: según el coordinador de Salvamento de Villaviciosa, los días 7 y 21 de agosto se reunieron hasta 28.000 personas en el arenal o, lo que puede ser lo mismo, unos 9.333 vehículos, es decir, 18.666 desplazamientos al día por la vieja VV-6, 777 coches a la hora pasando por entre las casas del pueblo de Selorio, 12,9 coches al minuto durante todos los minutos del día.

¿Cómo es posible que ninguna Administración adopte medidas para proteger a los sufridos habitantes de Selorio y a los que allí vamos en fines de semana y en vacaciones? El Ayuntamiento de Villaviciosa «estudia si serán necesarios uno o dos policías de playa para regular el tráfico en el arenal» (LA NUEVA ESPAÑA, 1 de septiembre de 2010). ¿Está también el Ayuntamiento estudiando la presencia de policías en el pueblo? ¿Podría alguien crear esa figura protectora? Desde 2008 el Ayuntamiento reguló, por ordenanza, el uso de las playas, «se requiere la presencia de las fuerzas de seguridad para sancionar algunas actitudes». Cuando pasan por Selorio, ¿nunca han visto las autoridades ni las fuerzas de seguridad a los vecinos esperando, con santa paciencia, para poder cruzar de un lado a otro de la carretera?, ¿no los ven caminando por las cunetas?, ¿no se fijan en la velocidad a la que se circula?... ¿No tienen los habitantes de Selorio el mismo derecho que los bañistas a que el Ayuntamiento vele por su calidad de vida?

¿Y la Administración autonómica? ¿No le corresponde al Principado, a la Dirección General de Carreteras de la Consejería de Medio Ambiente, «todo tipo de actuaciones en la red de carreteras asturianas, funciones de estudio de la seguridad vial, así como elaboración de planes y programas de actuación»? ¿Hay un plan de seguridad aprobado para esta vieja carretera? 600.000 usuarios en sus vehículos, más los visitantes y vecinos del pueblo, que también circulan aunque no estén contabilizados, parecen demasiados para una carretera de 44 años. ¿Se nos debería incluir en el Mapa Estratégico de Ruidos en aplicación de la directiva de la Comunidad Europea por tráfico superior a 16.000 vehículos diarios? Y, en todo caso, ¿cómo es compatible esta situación con que desde el año 1995 el Principado de Asturias haya declarado a la ría como Reserva Natural Parcial? ¿No se provoca contaminación acústica ni ambiental? El Plan Rector de Uso y Gestión de la Reserva «debe ordenar las actividades humanas evitando el perjuicio sobre el medio» (?) A los que allí nacimos nos parece perfecto que volvamos a tener hermosas dunas, miles de cangrejos y El Bornizal como un bosque pero ¿podríamos pedir para los vecinos de la VV-6 un nivel de protección mínimo, aunque nos supere el que ampara al cormorán moñudo o a los moluscos bivalvos?

¿Y la Dirección General de Tráfico en Asturias? ¿Nunca han reparado en esta carretera? En sus competencias se cita «el control de la seguridad vial así como la protección en las vías públicas», ¿se aplicará sólo para vehículos?, ¿y los indefensos peatones de la VV-6? Cierto que hasta ahora no han ocurrido desgracias personales, ¿tiene que haberlas para actuar?

La prudencia de los vecinos y el haberse ido adaptando lentamente, casi con resignación, a un medio tan hostil es lo que ha evitado, hasta la fecha, accidentes graves (para las personas, no para los pobres animales, vilmente atropellados: «Tigre», «Blanquito», «Pepín», «Cuquita»...). El aumento de vehículos ha sido imparable con el paso de los años: según cifras oficiales, en agosto de 2010 hubo 29.000 personas más que en agosto de 2009, pero es que en agosto de 2009 ya hubo 26.072 personas más que en agosto de 2008 (¡ay! ¿qué espantoso número nos deparará 2011?). Por supuesto, a nadie se le ocurre pasear por la orilla de la carretera, el tráfico permanente limita poder hacer cosas como ir a la compra, a la iglesia, a ver a un vecino, al huerto... y, por desgracia, es habitual que cualquier cretino, pasando a toda velocidad al volante de su vehículo, nos insulte por intentar cruzar atravesándonos en su urgencia por llegar a la playa.

Como ciudadanos sin más, ¿a quién dirigirnos?, ¿es que hay que solicitar aquellas actuaciones que las administraciones están obligadas a promover simplemente aplicando la legislación vigente? ¿Deberíamos pedir amparo a instancias superiores? Únicamente se trataría de generar un espacio público de convivencia frente a la clara supremacía actual de los vehículos sobre los peatones; los bañistas de Rodiles y los vecinos de Selorio pueden ser compatibles, las autoridades deben estar para solucionar cuestiones como ésta.

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