La vergüenza de matar impunemente
Un mínimo apunte, si me permiten, y una fecha relevante, el 30 de diciembre de 2013.
Ese día, el periodista Felicity Arbuthnot hizo una descripción visionaria: "Si todo va según lo planeado, Israel se convertirá en un importante exportador de gas y algo de petróleo".
Eso fue hace diez años; en el contexto actual, la opción de Israel de "Todo va según lo planeado" consiste en pasar por alto a Palestina y " borrar a Gaza del mapa" (Hamás aparte), además de confiscar todas las reservas marítimas de gas de Gaza, valoradas en miles de millones de dólares.
Casi todo vale en este mundo adorador del becerro de oro, distópico, aberrante y violento, pero ningún derecho conocido ni por conocer permite la violencia gratuita contra civiles, como bien nos recuerda el historiador y ensayista de origen judío Howard Zinn: "No existe una bandera lo suficientemente grande como para cubrir la vergüenza de matar a personas inocentes".
Bombardear ciudades que, por definición, están llenas de civiles es simplemente terrorismo de Estado, contaminado, justificado y racionalizado con legalidades y retórica de los psicópatas que se aprovechan y sacan beneficios.
Por matizar, el verdadero enemigo aquí no es el terrorismo, sea pequeño o grande, sino la política. Los verdaderos enemigos son las instituciones políticas y las propias élites gobernantes que, lo habrá observado, nunca se matan entre sí.
Alejado de especulaciones, conspiraciones y partidismos, no me ha costado definirme para elegir un bando. Estoy en el bando del 99%, contra el 1%.
Estoy en el bando de los que están siendo asesinados, y en contra de los que asesinan.
Estoy en el bando de la población civil (niños, mujeres y ancianos) de Palestina, Ucrania, Israel, Siria, Rusia, Libia, Irak, Estados Unidos, Canadá, China, etcétera, y en contra del bando de los gobernantes de esos pueblos que históricamente explotan y asesinan a sus propios ciudadanos y a los ciudadanos de otros países.
Sí, voy a elegir un bando: elijo contra ellos.
Saludos cordiales.
Rufo Costales
Oviedo
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