Simpático nombramiento, pero demoledor
Los nombramientos de jefes de servicio en la Función Pública se ajustan teóricamente al mérito y capacidad del opositor. No obstante, se dan procesos en los que estas normas se saltan de forma interesada e irregular. Todos hemos oído sobre algunos de ellos, pero este caso que ahora paso a resumir es tristemente simpático y a la vez demoledor.
En una oposición a jefatura de servicio de un hospital se otorgó el nombramiento a una persona que plasmó, en su proyecto exigido en la convocatoria, 147 palabras, exactamente las mismas y en el mismo orden que las existentes en un artículo previamente publicado por otra persona, en internet.
El plagiador tuvo la osadía inconsciente y perezosa de no revisar su copia, de tal forma que, como consecuencia de ese exceso irrespetuoso, se pasó de frenada y ese texto, fusilado de internet, lo finalizó con la misma palabra que figuraba en el artículo del autor original. Esa palabra, más delatora que las otras 146, fue "mastectomía" en vez de la que tendría que figurar en su proyecto, que debería ser " mastoidectomía". O quizás fuera al revés. En todo caso ese vocablo fue la firma simpática y rimbombante del oposito-plagiador. Este burdo plagio fue lo que elevó al copiador al nombramiento de jefe de servicio, pues en méritos objetivos estaba muy por debajo de los valores del otro opositor al que se le perjudicó demoledoramente.
Los copiadores profesionales suelen insistir en su táctica, y por tanto reinciden en la reproducción ilegal. En el caso que nos ocupa, el plagio se siguió repitiendo en considerables páginas del proyecto, e incluso se reprodujo literalmente otro artículo en el cual su autor original señalaba concretamente que estaba prohibida la copia. Advertencia que ridículamente ninguneó el opositor y los componentes de la comisión de valoración, supuestamente justos.
Por otra parte, si quien plagia tiene culpa, ¿qué responsabilidad tiene la comisión de valoración? ¿Fue arbitrariamente corrupta o insoportablemente negligente?, ¿o ambas cosas?
Por supuesto que los términos mastectomía (cirugía que actúa sobre el tejido mamario) y mastoidectomía (cirugía que actúa sobre el hueso mastoideo, que se encuentra por detrás del oído) no inspiran simpatía alguna a nadie y menos a los que han tenido que pasar por alguno de estos procedimientos quirúrgicos. No obstante, no deja de ser simpático que la persona plagiadora sea la que refuerza su autodelación con su actuación grotesca, produciéndonos entonces, al menos, una sonrisa irracional.
Si el plagio ya es conocido desde hace siglos, siendo el gran poeta Marcial (I d. C.) el primero que habló abiertamente de su existencia y de sus consecuencias, y si todavía este fraude persiste profundamente en la actualidad, ¿cómo podemos combatirlo? ¿Es que no hay suficientes personas incorruptibles, neutrales y honestas que puedan comprometerse como miembros en la totalidad de los tribunales de valoración?
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