En pie, famélica legión
Jubilación a los 67 años, cuarenta años de cotización, congelación de pensiones... Esta es la regla; pero no se alarmen, que no hay regla sin excepción. La excepción es Marroquín, alto cargo de la Administración socialista del Principado. Marroquín se prejubila en Hunosa con 52 años, 50.000 de sueldo y 400.000 de indemnización (por los destrozos que deja en las finanzas y en la credibilidad de la gestión de la cosa pública).
Este Marroquín debió de empezar a trabajar con 12 añinos. Que se callen entonces los envidiosos del PP y que, además de lo que le corresponde por ley (la del embudo, se entiende), que lo distingan con la «Sardina de oro» solidaria de Sabugo, con la «Amuravela de plata» de Cudillero, con algún premio «Príncipe de Asturias» (que alguno tendrán para estos casos). Y que se lleven a este minero averiado a un balneario en Albania (donde están los mejores para la silicosis).
Envidia. A Marroquín se le critica por envidia, afirma el compañeru Lastra (otru que tal baila), con su penetración habitual, que por algo estudió Filología en el cuartel de Milán. Pues sí, Lastra, por envidia. Por lo menos, la mía. La envidia de los pobres por los ricos, que fue siempre el motor de la lucha de clases, el combustible del movimiento obrero. Pero vosotros, la nomenklatura del PSOE, sois ahora los nuevos ricos que ni lo heredasteis ni lo currasteis. Aquí está ocurriendo lo que pasaba en los países del Este (los del socialismo real): mientras Asturias se estanca y se hunde en el tercermundismo, una nueva clase emergente se blinda, se forra y se hace de oro.
Centenario del SOMA-UGT, cincuentenario del liderazgo de Fernández Villa, bodas de platino del señor Marroquín. Celebraciones progresistas; ya se sabe, unos cuantos fuman y los demás a escupir. La clase dominante produce ideología para justificar intereses inconfesables, eso escribió Karl Marx palabra arriba o abajo. Aquí se envuelve con circunloquios izquierdistas y seudoproletarios la mayor y más prolongada estafa en la historia del Principado. Que sigan las ayudas al carbón, no sea que se pare la locomotora del progreso. El chacachá del tren. El tren de vida de unos cuantos.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo