Wikileaks, ¿libertad o verdad?
Así funciona el mundo: creemos que la libertad de expresión es el mayor y atronador sinónimo de la verdad absoluta, y lo peor de todo es que no los creemos.
Libertad para la propia libertad de expresión, valga la redundancia hablando de Julian Assange, pero también responsabilidad en aquello que se publica porque quizás al presidente de los EE UU no le influya personalmente, pero a toda la gente secreta, anónima y protegida que se juega su vida en territorio hostil sí.
Responsabilidad a la hora de publicar las cosas y no a cualquier precio como si el mundo estuviese fabricado de libertad absoluta y democracia perfecta.
Todo este lío sobre Wikileaks es realmente fascinante por la cantidad de información que arroja, pero a la vez puede ser una gran bomba que puede explotar en manos aún más peligrosas.
Son cientos y cientos de informaciones que el portal de Julian Assange ha arrojado al vacío sin una interpretación razonable, en ocasiones con obviedades, y además con una información sin una interpretación.
Me llama la atención su información sobre que Cuba no tendrá más recursos económicos dentro de dos años, ya que esto no es nuevo y todo el mundo sabe que el problema de Cuba es su falta de divisa, la cual se encargó el régimen castrista de despilfarrar en EE UU para vender un falso comunismo junto con el bloqueo por parte del Gobierno de Washington a la isla.
Está bien soltar al mundo, por así llamarlo, miles de informaciones que en algunos casos o países caen como meteoritos sin control, pero todo hay que contrastarlo y todo tiene un trasfondo y una explicación junto con cada información.
Es importante que exista un mundo en el que la libertad de expresión no tenga consecuencias negativas para todos, pero por desgracia vivimos en un mundo que está en un desequilibrio de poderes en el que cada uno va por libre y busca los intereses ocultos de unos cuantos que son los que realmente mandan.
Como dice el gran Umberto Eco, al cual cito:
«Si va usted a una librería consagrada a publicaciones esotéricas, verá que cada obra repite (sobre el Grial, el misterio de Rennes-le-Château, los Templarios o los Rosacruces) exactamente lo mismo que dicen las obras anteriores», es decir, que la conclusión de esta breve cita es que todas las personas que formen parte del ocultismo sólo creen lo que saben y que se reafirman en una teoría ya dicha que en parte es lo que hace Wikileaks en algunas de sus filtraciones.
Estoy a favor que se libere a Julian Assange, pero tampoco a cualquier precio. Debemos tener mucho cuidado con aquello que decimos y, sobre todo, algo bastante común que hacemos los seres humanos bastantes veces: hablar sin aportar datos reales y fehacientes.
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