La Nueva España » Cartas de los lectores » Cuidados paliativos: peor que la eutanasia

Cuidados paliativos: peor que la eutanasia

22 de Diciembre del 2010 - José Viñas García (Oviedo)

En la deontología médica, la conducta y la inspiración debieran estar siempre dirigidas a aplicar todo su saber y tecnología, al intento curativo del enfermo, siempre y en toda circunstancia. ¿Quién decide cuándo un enfermo es terminal? ¿No podrían precipitarse o errar al mandarlo a ese lugar siniestro de cuidados paliativos sin consentimiento del propio interesado? todo por el protocolo.

¿Qué es el protocolo? Es la justificación, la carta libre de conciencia, para decidir cuándo un paciente, ya no es curable.

Luego están los familiares, que, con un egoísmo asombroso, piden más cuidados paliativos dando las gracias después a los empleados sanitarios por ser amables; es curioso: se nos muere un ser querido y damos las gracias a quien sólo cumple con su cometido, su trabajo. ¿Deberían haber actuado de diferente forma? Es la crueldad más absoluta mandar a una persona a esa planta, donde se sabe que sólo le queda la espera de la muerte, sin que se haga nada por salvarla, aunque una sola fuera la oportunidad entre un millón.

Si algún día me llega una enfermedad grave, no quisiera que fuera evaluada por los mismos que ahora se escudan en el protocolo y en hacerse jueces para determinar que a un enfermo ya no tienen por qué aplicársele tratamientos curativos, y mandarlo directamente a esas plantas en las que se vio morir a amigos y familiares anteriormente. Es la crueldad personificada.

Los pacientes con enfermedades graves deben ser atendidos hasta su muerte intentando, además de quitarles dolor, poner toda la ciencia médica en pos del intento curativo, jamás abandonarlos a su suerte, donde las horas y días en ese lugar llamado cuidados paliativos, pasan con un dolor inmenso, sabiéndose cómplices todos del abandono de ese ser querido.

Por el bien de todos, quitemos esas plantas llenas de congoja generalizada, en las que se respiran muerte y dolor. Dejémoslos en un hospital donde jamás nadie pronuncie las palabras «cuidados paliativos», sino «cuidados curativos», aunque éstos, todos sepamos que con seguridad no curará a la mayoría.

Siento que por bien del médico, enfermeras, enfermos y familiares, hay que eliminar del protocolo el destino a ese lugar, y mantenerlos dentro de la normalidad hospitalaria, sin que nadie sienta en su conciencia estar abandonando a un ser vivo, dejándolo todo en manos de la morfina y el haloperidol, merced a los cuales el enfermo entra en un estado de atontolinamiento que incluso no sabemos con certeza si dejan de sufrir mentalmente, sólo esperan horas de tremendo sufrimiento al observar que una semana antes ese ser querido entró, casi andando, y en ese corto espacio de tiempo es sólo un abandonado cuerpo durmiente cuyo fin todos esperan.

Es cierto que escribo esto después de la reciente muerte de un ser querido, y que el dolor que percibí en esa planta de cuidados paliativos, en todos los familiares del resto de enfermos, me deja claro que esa planta hay que eliminarla de inmediato.

No quiero hacer daño a nadie con mi escrito, pero a la dirección de nuestra sanidad pública le ruego que reflexione sobre este tipo de protocolo y destino; además de no entender cómo se pasa de aplicar tratamientos de quimioterapia, con el diagnostico entre las manos a, días después, abandonarlo a esa planta réproba. Si alguna justificación tuviera ese destino, pudiera ser para personas de avanzada edad con demencias mentales y enfermedades graves, pero díganme: ¿cómo lo ven ustedes? ¿No es desalmado, a más no poder, mandar a una persona en todos sus cabales a esa planta donde es consciente de ser aparcado a la espera de lo irremediable?

La eutanasia es menos cruel, la decide el propio interesado; los cuidados paliativos, los médicos escudados en el protocolo, con el consentimiento de los familiares. Ustedes mismos. Sean felices.

Cartas

Número de cartas: 45910

Número de cartas en Septiembre: 14

Tribunas

Número de tribunas: 2079

Número de tribunas en Septiembre: 1

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador