¿Cómo tratar el cáncer en el Sahara?
Dos días después de cumplirse los 48 años de aquel fatídico 14N de la primera traición española al Sahara, se ha presentado en Avilés la Asociación Saharaui contra el Cáncer, de ámbito estatal.
Su presidente Bachir (arropado por el doctor Laureano Rivas y por la enfermera Helena Herrero, recién llegada de los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, y que además preside la asociación Amamantar de Asturias) ha presentado el porqué y para qué de esta asociación, que lleva un año legalizada y dos de preparación, pero que hasta el momento únicamente cuenta con un apoyo en Murcia de la asociación Sonrisas en el Sahara.
¿Difícil imaginarse cómo se puede prevenir, diagnosticar, tratar, atender las necesidades sanitarias y sociales de las familias afectadas, en medio de un territorio invadido por otro país, y con otros “trozos” de país en el exilio obligado en la llamada hamada, es decir, lo más duro y caliente del desierto saharaui?
¿Cómo imaginarlo en un país cuya guerra de liberación ha sido forzada por los reiterados incumplimientos de la ONU para llevar a cabo el referéndum prometido?
Laureano ha dado cifras de Asturias, como de las más altas de nuestro Estado en esta problemática sanitaria que acapara el 10% del presupuesto, ha compartido su experiencia en los territorios saharauis de hace años, y ha ofrecido en su nombre y en el de la plataforma de defensa de los servicios públicos de la comarca de Avilés, su apoyo y colaboración.
Un instrumento sanitario, como un mamógrafo, ha sido puesto como una meta inmediata a conseguir.
Helena ha mostrado fotos de las mujeres saharauis con las que ha convivido en cursos de formación, ha cuestionado algunas acciones de cooperación que se trasladan de forma vertical y sin participación local, que debiera ser preceptiva, y ha auspiciado un arrope formativo para que la vulnerabilidad e indefensión de las mujeres saharauis en los campamentos de refugio, pueda ser paliada, al menos con acciones que hagan disminuir la intensa desnutrición que padecen mujeres y niñas.
La delgada línea que separa la acción humanitaria y el apoyo político a la demanda esencial del pueblo saharaui, la autodeterminación, está siempre en las propuestas que se llevan practicando y defendiendo desde Asturias.
Con la Asociación asturiana de Solidaridad, con el Observatorio asturiano de DD HH (casi paralizado por ausencia de compromiso presupuestario del Gobierno astur), o con la Comunidad saharaui residente en Asturias, Cosara, cuyo presidente Mohamed estaba hoy en Avilés apoyando esta nueva iniciativa, que, aunque se explique y se desarrolle desde Asturias (¿con vídeos, con recursos de web, con entrevistas en sectores sanitarios y de la cooperación?), tendrá seguro mejores oportunidades en otras latitudes, dígase AECID estatal, o díganse autonomías como Cataluña, Euskadi o Navarra, cuyo presupuesto de cooperación es mucho, muchísimo más completo que el recortado en Asturias.
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