¿Existe un informe sobre Álvarez-Cascos?
Navegando días atrás por internet, el 5 de diciembre exactamente, me encontré con una noticia en el «Confidencial Digital» firmada por Jesús Cacho. El señor Cacho es un periodista, por lo que trasciende de su currículo, solvente y poco sospechoso de estar alineado por derechas o izquierdas. Trabajó en «El País» y en «El Mundo», pasando en sus inicios también por «ABC» o incluso por la COPE. Es decir, abarcó todo el espectro ideológico del periodismo de este país, de donde es lógico que emane su neutralidad. Pues bien, Jesús Cacho firmaba en dicha fecha la noticia titulada «Los partidos como problema», en ella, entre otras cosas (recomiendo leerla entera), hablaba de la posible candidatura al Principado de Álvarez-Cascos. El periodista escribía, y yo transcribo literalmente, «lo que Paco Cascos no dijo al presidente del PP es que el PSOE, que sigue muy de cerca la pelea asturiana, le espera con la guadaña levantada para el caso de que finalmente lograra hacer realidad sus pretensiones. En Fomento guardan cuenta pormenorizada de las compras de obras de arte efectuadas por el Ministerio/s cuando nuestro hombre ocupaba esa cartera. El propio José Blanco, actual titular, ha comentado en privado que las cifras pagadas son “un escándalo”. Se trata de compras realizadas en 2002 y 2003 a la galería Marlborough que entonces dirigía María Porto, actual esposa del político», el señor Cacho continúa diciendo que «lo relevante del caso es que alguien con poder bastante en el Gobierno ha hecho saber al asturiano, a través de persona interpuesta, la “total determinación” del PSOE de sacar a relucir esta historia si llegara a competir por la Presidencia de Asturias». El intermediario, asturiano también, rico, conocido y amigo a la par de Cascos y Blanco, ha hecho llegar a su destino la respuesta del aludido: «Me ha pedido por favor que no pongáis en circulación ese material, porque no va a ser candidato». En el entorno socialista aseguran también que en el muestrario de «fazañas» del ex ministro popular figura también algún episodio inmobiliario que le vincularía al ex tesorero del PP Luis Bárcenas y al caso Gürtel.
Indagando en internet, el contenido de esta noticia se repite, firmado por distintas fuentes. ¿Cuando el río suena agua lleva? La preocupación aumenta, cuando, día tras día, nadie sale a desmentir o negar taxativamente la noticia. Ni el propio Álvarez-Cascos ni nadie de su entorno cercano. Dice el refrán que «el que calla, otorga». Lo que no se desmiente pasa a formar parte de la verdad cotidiana.
De todo lo anterior trascienden conclusiones y alguna pregunta de obligada respuesta por imperativo moral.
1.º) Está claro que el señor Álvarez-Cascos no va a presentar su candidatura al Principado de Asturias. Entonces, ¿por qué toda esta parafernalia de actos y homenajes? ¿Cuál es el fin?
2.º) ¿Existe un informe sobre Álvarez-Cascos en dichos términos? ¿Existen esas facturas de cifras «escandalosas»? ¿Es cierto que el ex vicepresidente y ministro de Fomento realizó esas compras a la galería de arte que dirigía por entonces su actual mujer, de manera irregular? ¿Es cierto que plegó velas en cuanto le hablaron de la existencia del informe? ¿O quizá nunca quiso presentarse?
Surgen infinidad de dudas que, por higiene democrática, deberían ser resueltas cuanto antes. Está en juego el nombre del mejor Gobierno que tuvo España. El de José María Aznar.
Para finalizar, y de manera muy breve, he leído en «Cartas al director» del diario LA NUEVA ESPAÑA una nueva epístola del portavoz del PP en Las Regueras. En esta edición carga, una vez más, contra las siglas que le amparan en dicho Ayuntamiento. Critica la falta de victorias por parte del PP en los municipios asturianos, pidiendo «cabezas» y dimisiones. Entiendo que la primera será la suya, ya que él y sólo él es el único responsable de la derrota del PP en Las Regueras. Pero es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio. El resto del artículo es el cansino runrún de siempre.
Bárbara Fernández
Oviedo
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