Bitácora de un domingo
¡Ah!, trabajar un domingo en un chiringuito, la experiencia laboral que todos envidian. Mientras el resto del mundo se broncea y disfruta del sonido relajante de las olas, aquí estoy yo, saludando a los turistas con una sonrisa tan auténtica como mi deseo de estar en cualquier otro lugar.
No hay nada como preparar mojitos bajo el inclemente sol dominical, mientras sueño con estar en mi propia isla privada, lejos de las mesas pegajosas y las comandas interminables. La brisa marina se mezcla perfectamente con el aroma a protector solar y aceitunas, creando una sinfonía de arrepentimiento por no haber nacido como un surfista retirado.
Y, por supuesto, la camaradería con los compañeros de trabajo es insustituible. Juntos compartimos el privilegio de renunciar a nuestro tiempo libre para satisfacer las ansias de helado de los turistas. ¡Qué maravilla es ser parte de este club exclusivo de trabajadores dominicales, donde la sombra es un mito y el descanso una leyenda urbana!
Pero en fin, quién necesita un día de descanso cuando se tiene un uniforme playero y la posibilidad de contemplar la puesta de sol desde detrás de la barra. ¡Ah, la vida del trabajador de chiringuito en domingo, una experiencia que nunca olvidaré, incluso si quisiera!
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo