El sexto sentido tiene sentido
Imagínense ustedes que el sonido de una ambulancia es cada vez más cercano y estridente a los oídos. Lo más normal es que los transeúntes giren su cabeza para ver cómo pasa pitando hacia un domicilio o hacia un hospital mientras que diez mil preguntas se cruzan en las mentes de los viandantes, tipo ¿Qué pasará?, ¿quién irá ahí dentro?, ¿lo conoceré?, ¿será un accidente o un infarto? Y así hasta que algún prejubilado se replanteé hacerse un chequeo o preguntar por Whapps al colega si sabe algo del tema. Lo mismo da una ambulancia que un coche de Policía, la sirena es signo de alarma y de pregunta curiosa. Quizás hayan sentido alguno de los que leen esto el sufrimiento del que va dentro o hayan escuchado sus gemidos de dolor. Es el sexto sentido desarrollado a la máxima potencia como el protagonista de la película “El sexto sentido” cuando le dice al psicólogo interpretado por Bruce Willis: “En ocasiones veo muertos”. Y es que esto del sexto sentido parecía una cosa de esquizofrénicos o de alineados iluminados (creo que esto más de uno y una lo siente, pero no lo dicen y lo acaban sufriendo en silencio, como el anuncio de las hemorroides). Es como un mundo paralelo para los más escépticos que ni ven, oyen ni sienten lo que no se ve, ni se oye ni se siente a simple vista. Los científicos de la Universidad de Ruhr, Alemania, han descubierto que la capacidad de sentir otros objetos sin necesidad de contacto físico existe. Es un sexto sentido denominado como “Ilusión del tacto fantasma”, un tacto sin contacto, algo que se “siente” como estímulo concreto y que describen como hormigueo o pellizco, una especie de sensación eléctrica o como si el viento pasara por sus manos. Todo un descubrimiento. Ahora con este hito, algún psiquiatra y no psiquiatra tendrá que ir cambiando el diagnóstico erróneo en el historial. Trabajo “complicado” como dijo en alguna ocasión el periodista Jaime Peñafiel. Ahora una se queda más tranquila al leer este descubrimiento cuando nota el suave roce de la piel en el brazo mientras se está tomando un té.
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