Sobre la cena de Nochebuena en la casa de los Canella
En LA NUEVA ESPAÑA del pasado 24 de diciembre don Ernesto Conde nos deleita una vez más con la descripción de una cena de Nochebuena en casa de la familia Canella.
Sus memorables Crónicas Ovetenses vienen a recordarnos lo que fue la historia de la ciudad con la fina destreza de un minucioso narrador.
Describe don Ernesto Conde la modesta y humilde cena de una familia pudiente del Oviedo de 1816. Creo, no obstante, que la descripción de la situación familiar, tanto del abuelo como del padre del ilustre rector, don Fermín Canella Secades, por necesariamente simplificada, puede inducir a los lectores a sacar conclusiones erróneas.
En efecto, Alonso Canella Gutiérrez fue el primer alcalde constitucional de Oviedo, lo que implicaba obligatoriamente su cese a finales de diciembre, ya que la Constitución de 1812 señalaba que los alcaldes debían mudar todos los años y los regidores por mitad cada año; sin posibilidad de volver a ser elegidos antes de que transcurriesen dos años. Pero, al ser nombrado alcalde, Alonso Canella no era un simple licenciado en Derecho como pudiera desprenderse de la lectura del artículo antes señalado, sino que era doctor en Derecho; catedrático de Universidad; había sido decano del Colegio de Abogados; vocal y procurador general del Principado, además de escritor y secretario de la Sociedad Económica de Amigos del País.
Hombre de ideología liberal, tuvo que soportar la represión del rey felón, que al llegar a España, con el argumento de la felicidad de la nación dicta el decreto de 4 de mayo de 1814, declarando aquella Constitución y los decretos emitidos nulos y de ningún valor ni efecto ahora ni en tiempo alguno, como si no hubiesen pasado jamás tales actos, y se quitasen del medio del tiempo, todo ello bajo pena de la vida. En estas circunstancias, Alonso Canella es sometido a una sañuda represión; fue depuesto de su cátedra; fue perseguido y fue encarcelado.
Casado don Alonso con Benita Meana, el matrimonio tuvo al menos cuatro hijos: Manuela, Fermín, Antonio y Benito.
A su hijo Antonio, capitán de Granaderos (junto con algunos otros pocos soldados), debe Oviedo la gesta del 19 de octubre de 1836 frente a los carlistas, acto heroico por el que las Cortes otorgaron a la ciudad el título de benemérita. Las actas de los plenos municipales del siglo XIX rememoran anual y puntualmente la efeméride.
Benito, padre de don Fermín, continuó la tradición paterna como abogado, catedrático de la Universidad de Oviedo, escritor y político con fama de hombre probo. Ya anciano, queda casi ciego y colabora en algunos periódicos como poeta en bable con el seudónimo de El ciegu de Sobrescobio.
Por todas estas circunstancias y, lo que es más importante, por la probidad de esta familia se comprenderá mejor la humilde cena de Nochebuena descrita, por lo demás magistralmente, por don Ernesto Conde.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo