El encantador de serpientes
Para conseguir ser respetado en esta disciplina ya se sobreentiende que hay que tener una pasta especial, controlar la reacción del animal, y, además, estar informado de los tipos de venenos con los que estos ofidios pueden acabar con la vida del intrépido encantador. Los antídotos estarán catalogados por expertos, por si acaso hay que actuar con urgencia en caso de mordedura.
La situación actual del Gobierno del país me recuerda a la descripción anterior, por el rumbo tan arriesgado que han decidido tomar, para conseguir el final de las tensas disidencias que dividen el panorama político actual. El encantamiento con el que el presidente Sánchez ha conseguido los votos necesarios (en los acuerdos previos al debate de investidura) con los partidos afines a sus prácticas no está nada claro. Este propósito para conseguir que el país vaya olvidando la distensión política y el odio entre izquierdas y derechas raya la utopía. Puede que también le haga falta otro antídoto, para acabar con las ideas envenenadas de algunos que forman parte del exiguo bloque de apoyo. Habrá que esperar si el antitóxico de los asesores que han urdido el plan funciona. Si no, la mordedura será letal.
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