La señal, la recepción y la interpretación.
El ojo, el cerebro y el individuo.
Los ojos y cerebros normales reciben las mismas señales. ¿Las interpretaciones? Del individuo según sus condiciones.
En individuos que física, intelectual y moralmente deberían ser considerados como normales en virtud de sus cualidades, habría una sola y única respuesta a las tres propuestas. No habría ninguna diferencia entre la señal que el ojo percibe y emite, la que el cerebro recepciona y concluye, y la interpretación que el individuo manifiesta sobre la imagen en cuestión.
Eso lo de normal considerando, como digo, al individuo según sus facultades. Si, por el contrario, consideramos lo "normal" en virtud del número de individuos que se atienen a estas condiciones, ya la cuestión, creo yo, deja de ser así, pues, lo que es a mí, me parecen muchos más quienes manifiestan una completa discordancia entre lo que sus ojos ven, lo que su cerebro percibe y lo que ellos manifiestan al respecto.
La actualidad que hoy se puede leer: "Javier Ortega Smith ha lanzado una botella de agua a un concejal de Más Madrid..."
Lo que he visto y oído de este caso en la tele. Saltando como un resorte en una evidente acción de arco reflejo de la "exquisita" Rita Maestre: "¡Le ha agredido!, ¡le ha agredido! ¡Le ha agredido tirándole una lata de Coca Cola a la cara! ¡Le ha agredido físicamente!...".
En términos similares, excepto lo de la Coca-Cola a la cara, su correligionario.
Eliminado el audio, lo que yo he visto: el señor Ortega, camino de ocupar su escaño, se detiene ante palabras (que no se oyen) que le dirije el diputado de Más Madrid, se voltea hacia él y, con la carpeta de papeles que lleva en su mano, golpea la botella de plástico de agua, vacía, que tiene frente a sí el susodicho, hacia él.
Bastante más difícil me ha resultado averiguar lo que le ha dicho el de Más Madrid al de Vox, pero lo he logrado, ha sido: ¡Qué asco! - lo que provocó la respuesta del señor Ortega.
Aquí tenemos a cada cual con todos los elementos posibles para darnos una idea de cómo cada cual es. Les vemos cómo son físicamente, cómo gesticulan, cómo se comportan, lo que dicen, cómo lo dicen, en fin, tenemos elementos más que suficientes para hacernos una idea bastante clara sobre cada uno de ellos y, lo que es a mí, nada nuevo me revela el enfrentamiento en cuestión. Tengo, de cada uno de los protagonistas, la misma idea que anteriormente tenía y que no voy a caer en la tontería de manifestar, pues, tal como acabo de decir, los hechos son unos, ahí están, y, cada cual, hará su propia interpretación. Yo no tengo duda de cómo es y actúa, desgraciadamente, la izquierda en este país.
Solo un apunte más. En una entrevista radiofónica que le hacen, posteriormente, al diputado de Más Madrid, este afirma que... No puedo, no lo recuerdo literalmente, sí lo que, con otras palabras, ha querido decir: el señor Ortega se ha atrevido a esto conmigo amparándose en los más o menos treinta kilos, y no de unto, que pesa más que yo.
A lo que yo, de haber sido el entrevistador, habría contestado preguntándole: ¿Y usted no se habrá amparado en lo que son, usted y él, y dónde estaban para atreverse a decirle al señor Ortega que le da asco?
Pues nada. Que esto es lo que gobierna España y lo que España consiente que la gobierne... Coño, que se ha venido a mi cabeza lo que en más de una ocasión oí decir en mi niñez - Si el burru está amarráu donde manda el amu, está bien amarráu.
Y resulta que esta es una de las tantas ocasiones en que no puedo estar más en desacuerdo con tal afirmación. ¡Pero...!
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