El Archivo Histórico de Asturias, mejor como antes
El pasado 9 de julio del presente año envié una carta al señor don Jorge Avelino Fernández León, viceconsejero de Cultura y Política Lingüística, en la que le expresaba mi malestar y el del resto de investigadores que habitualmente utilizamos los servicios del Archivo Histórico, quejándome del horario que implantó la Consejería en el nuevo archivo, situado en la antigua cárcel, ya que resulta totalmente incómodo para las personas que suelen utilizarlo.
En el antiguo edificio de la calle el Águila el Archivo permanecía abierto al público diariamente, en horario de mañana y tarde, de lunes a viernes, y, el sábado, solamente en horario de mañana, con estas cadencias: de mañana, horario de 9 a 14 horas; de tarde, de 16 a 19 horas; sábados, solamente de mañanas.
Actualmente el horario es de 9 a 14 horas de lunes a viernes y de 15 a18 horas los martes y jueves, desapareciendo el horario matutino de los sábados. Debo decir que el Archivo Histórico siempre estuvo abierto todos los días de la semana, mañana y tarde, por eso no se entiende que actualmente se recorte el uso del mismo a unos días concretos, que perjudican seriamente al investigador que necesita mucho tiempo de estancia en el local.
Un archivo de esta solvencia no se puede permitir el lujo de estar infrautilizado y cerrado ciertos días como si fuera un local de espectáculos, no puede ser, entiendo que la cultura es algo más que cubrir un expediente y, máxime, cuando su función, como es en este caso, es facilitar la labor divulgadora a todo el mundo interesado en investigar y consultar ciertas materias que solo se hayan disponibles en el Archivo, por lo cual se deben dar toda clase de facilidades a las personas interesadas en utilizarlo, entre las cuales se encuentran muchos pero muchos trabajadores. De ahí, repito, «el Archivo, mejor como antes».
Hay que darse cuenta de que muchos usuarios, por necesidades de su trabajo, no disponen del tiempo libre suficiente para acomodarse al nuevo horario, ya que quien termina su jornada laboral a las 15 horas –la mayoría, residentes en otras localidades diferentes de Oviedo–, cuando pretendan llegar al Archivo para realizar el trabajo serán, como mínimo, las 16.30 horas, teniendo poco tiempo para desarrollar su cometido. Antes, al menos, quedaba la opción de acudir el sábado por la mañana, pero ahora es imposible, al tenerlo cerrado.
Por lo tanto, vuelvo a insistir en que el horario del Archivo debe estar acomodado al mejor servicio del usuario, como siempre estuvo, es decir, abierto todos los días de la semana.
¡Ah!, a propósito, mi inocencia me lleva a pensar que cuando un ciudadano se dirige a un alto funcionario, al menos éste, creo, debería contestar a la correspondencia recibida, aunque ya veo que aún se siguen utilizando las papeleras.
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