La niña de la curva
En la primera curva de Fondón yendo para Vegadeo en los años sesenta se producían muchos accidentes. Los coches que venían de A Veiga al coronar la cuesta se encontraban con una curva cerrada a la derecha sin señalizar y creyendo que era todo recto aceleraban, caían por un terraplén y acababan en el fondo del barranco con las ruedas hacia arriba. Los ocupantes de los vehículos presentaban magulladuras y golpes en el mejor de los casos y a veces en lo peor las consecuencias eran fracturas e incluso la muerte.
El dueño del terreno (Galán de Fondón) en el que caían los coches estaba de guardia con una pareja de vacas “xuncidas” y les cobraba por sacarlos y por el desperfecto que causaban en el cultivo. Podíamos decir que fue la primera grúa animal de la historia.
Un domingo por la tarde, cuando íbamos en bicicleta a Vegadeo al cine Teatro Imperial para ver la película “Los siete magníficos” de Yul Brynner y Charles Bronson, al pasar por la primera curva de Fondón vemos que viene un Seat 600 a toda velocidad y se precipita por el terraplén dando varias vueltas de campana y quedando patas arriba.
En un momento bajamos para intentar ayudar a salir del coche a los ocupantes. Eran un hombre y una mujer que no parecían sufrir lesiones, pero gritaban y nos pedían ayuda para sacar a su nieta de la parte de atrás del Seiscientos. Cuando conseguimos sacar a la niña, esta ya no respiraba. Presentaba un golpe en la frente y la tendimos en el suelo tapándola con una manta. Tendría unos siete años y parecía una muñeca. Cuando llegó Santiago de la Antigua con la ambulancia, ya no había nada que hacer.
Por la noche, al regresar del cine, pedaleamos en silencio por el lugar del accidente en dirección a nuestra casas.
Pasados unos días, corrió el rumor de que habían visto a una niña levantando una mano y avisando para que se detuviera la gente.
Alguien comentó que una niña por la noche le hacía señas para que parara al iniciar la cuesta y cuando se subió en el coche, al pasar la curva desapareció.
Bueno, hoy en día, con muchos más años, todavía recuerdo esta historia y durante muchísimo tiempo al pasar por Fondón me viene a la mente aquella escena y se entremezcla con la escena del calvo Yul Brynner desenfundando sus pistolas en un mítico duelo en el Lejano Oeste.
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