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Restos de la teoría de Marx

2 de Febrero del 2024 - Juan Goti Ordeñana

Viendo el camino que toma la progresía es claro que quiere utilizar las migajas que caen en la teoría de Marx. La progresía que se nos presenta en este tiempo no ha podido crear su teoría, por lo que se sirve de restos que se derivan de la doctrina marxista. Ningún sucesor ha podido llevar a la práctica aquella teoría por ser pura utopía, pero se han aprovechado del nombre de su hipótesis para desequilibrar la sociedad de Occidente. El primer intento fue el de Lenin, que consiguió tomar la Unión Soviética, pero no llegó a establecer la ilusión marxista, sino una dictadura, sobre la crítica hecha por Marx. En verdad fue un timo, no fue el paraíso ideado por el marxismo, sino que trastocó todas las aspiraciones para instaurar una tiranía, que era todo lo contrario de aquel ideal.

En la doctrina marxista se auguraba el “fin de la Historia”, porque había sido un tiempo de explotación del proletariado. Por ello hizo una crítica categórica y definitiva de los elementos en que se había basado la sociedad hasta su tiempo. Su reprobación de la historia se fundó en cinco alienaciones sobre los que está basada la cultura de Occidente: la alienación religiosa, la alienación filosófica, la alienación política, la alienación social y la alienación económica.

Comenzó su crítica con la alienación religiosa, que como base de la ética con que se ordenaba la convivencia social de Occidente fue radical. Aunque en este tema se contentó con asumir el ateísmo de Fuerbach, sobre lo que no reflexionó más, pues negando la existencia de Dios sin más demostración, era campo apropiado para afirmar la incoherencia ética en que se vivía. Esto le sirvió para echar por tierra toda la labor que el cristianismo había hecho durante siglos en Europa. Fue una crítica radical, y por ser una superestructura que condicionaba la sociedad, condenó el sistema de convivencia desde su base.

Hecha la crítica de la base religiosa, le fue fácil desechar la misma estructura de la convivencia de la sociedad occidental, y por ello pasó a afirmar la alienación de la filosofía, porque justificaba la situación política rebasada por el hecho de las revoluciones sucedidas en Europa. Dice que el filósofo tiene una actitud idealista, de modo que quiere definir lo real, pero sólo en el mundo del pensamiento, por tanto su labor es ineficaz. Esto le lleva a renunciar a la filosofía abstracta, para centrarse en una praxis efectiva. Toda filosofía por ser idealista no tiene sentido, y por ello la suya cree ser de crítica eficaz.

Sumario: La utopía marxista y su imposibilidad de llevarla a la práctica

Destacado: El marxismo es una doctrina ambigua y con oscuridades que su historia ha puesto en evidencia. Por ello cuando se ha puesto en práctica no ha respondido a la realidad del hombre

La tercera alienación política, muy importante en su momento, que se caracterizaba por producir una escisión entre la vida del ciudadano y el mundo de los necesitados, esto es, del trabajo y de las relaciones sociales. El Estado se presenta como conciliador de los dos actos de la vida del hombre entre las necesidades particulares y las generales, pero esta conciliación es algo ilusorio, porque el Estado es algo exterior a la sociedad civil. Al analizar la raíz de esta conciliación la estima ilusoria y motivo de crítica, porque es una fuerza que se ejerce en favor de las clases privilegiadas y en detrimento de las más necesitadas. El ideal sería una democracia, que suprimirá las particularidades y esto debe suponer despojar de ese carácter político.

De modo que el Estado es un instrumento en detrimento de los necesitados. Por tanto, hay que buscar las raíces de la contradicción que se da en la sociedad civil, en la esfera de las relaciones del hombre alienado, dentro del Estado. Se llegará a superar esa antítesis cuando el proletariado realice su revolución, ya que la historia ha consistido en la opresión de clases pobres y su lucha. La alienación social consiste en la oposición no resuelta en las diversas clases sociales. Se han dado falsos socialismos ilusionados con la pretensión de resolver el problema, pero no han superado la lucha de clases.

Al no haberse superado, en las anteriores alienaciones, se exige un examen de la económica que es la base, en realidad, de la alienación social y de la división de clases. El sistema capitalista es una total alienación para el hombre: con los demás hombres, con su naturaleza, con su trabajo y con la sociedad. Partiendo de aquí, critica la economía política, la estructura del capital, la teoría del valor, la explotación del capital y su acumulación. En su crítica observa la génesis del proletario explotado, la del capitalista explotador, al tiempo que analiza cómo crece progresivamente, a su vez, el grado de explotación del proletariado y la acumulación del capital. Hecha esta crítica concluye que el hombre constituye el único sentido de la vida.

Llegado aquí, afirma que el comunismo se presenta como el humanismo integral: que consiste en la producción del hombre por sí mismo. Esta producción vendrá realizada en la sociedad comunista por un acto total que no descansa más en sí mismo y se define por la libertad más soberana. Pero no tiene en cuenta la naturaleza humana.

A pesar de su carácter unitario y un empeño en abarcar toda la realidad y hablar de soluciones definitivas, a pesar de pretender ser una doctrina científica, el marxismo es una doctrina ambigua y con oscuridades que la historia del marxismo ha puesto en evidencia. Por ello cuando se ha puesto en práctica no ha respondido a la realidad del hombre. Se trata de un mundo ilusionista, sin una base real, pues pretende que automáticamente se llegue a un equilibrio por sí solo, sin tener en cuenta la naturaleza de las personas, que forman la sociedad.

Esta ideología marxista ha despertado el ansia de muchos partidos que se significan como renovadores de la sociedad, pero cuando se ha llevado a la práctica se ha visto que no tiene base real. El hombre es un ser con necesidades, pasiones y ambiciones y precisa quien ordene todo este bloque de ansiedades que chocan unas con otras, y no se resuelven automáticamente, por lo que al llegar al poder caen en tiranías, por lo que el ideal marxista es una mera ilusión que ha dado lugar a dictaduras terribles. Más aún, en estos tiempos, están sirviendo no para crear una sociedad nueva, sino para producir duda en la sociedad, aprovechada por el capitalismo más exacerbado a fin de acaparar toda productividad en favor de unos pocos.

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