El rural rebelde o las tractoradas chinas

En los días finales de enero se cumplían los 40 años del MST, el movimiento de los trabajadores rurales sin tierra de Brasil, aunque dicha celebración, en Asturias, con excepción de una charla en la Escuela de Comercio de Xixón o un programa en "Asturias al día" de la RPA, no ha sido recogida debidamente en muchos espacios.

A este movimiento "social-campesino" se le reconoce su aporte al "invento" de la soberanía alimentaria como concepto y como práctica, su aporte extensivo a la agroecología (poniéndola en verdad en vigor en muchos lugares), su producción récord de arroz orgánico, o la plantación de millones de árboles (especies nativas y frutales), además de su contribución a la educación popular ligada a la tierra. Y más cosas. Pero solo las mencionadas ya sirven para contrastar con "el modelo" neoliberal en el campo que destruye los suelos y contamina y llena de toxicidad los espacios, incluidos los de la burocracia.

En el caso de Brasil y otros lugares, ni disfrutan ni padecen la PAC europea, que está en el trasfondo de los efectos perversos en nuestra agricultura más cercana y ha sido agitada (pero solo para beneficiarse irregular y asimétricamente de sus recursos) en la actual movilización de las tractoradas.

En Brasil y otros lugares, sin embargo, padecen la misma arremetida, pero con otros bártulos, del modelo del agronegocio que "calienta" el planeta. Los éxitos del MST y sus aliados en la Vía Campesina Internacional están mostrándose oportunos y sustanciales para seguir contrastando y contradiciendo la proyección agroindustrial dañina, que tiene su base en los intereses de varias (en verdad muy pocas) transnacionales.

Y por ello el MST y los otros movimientos campesinos las señalan: Monsanto, Bayer, Syngenta, Cargill... y las que se han apoderado de la distribución de alimentos.

Sería, en modo comparativo, como si las movilizaciones aquí en nuestro país también señalaran el origen de los males: Mercadona, Monsanto, Bayer, Syngenta, Carrefour, Cargill, etc., en vez de tirar flechas dispersas sin cuestionarse la raíz central de las desigualdades, incluso en las "subvenciones" de la PAC, a las cuales acceden en cuantía mayor los latifundistas españoles, los mismos que envían sus grandes tractores para seguir dominando la irregular distribución.

El MST hace parte fuerte de la Vía Campesina, y esta coordinación internacional siempre está señalando el lugar de la trama anticampesina y movilizándose por más de 30 años: las citadas empresas, y su instrumento la OMC.

Por ello, ahora de nuevo convocan, del 26 al 29 de febrero, cuando la Organización Mundial del Comercio se va a reunir en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos. Allí parece que se va a negociar "el Mecanismo Especial de Salvaguardia", una demanda de larga data de los países en desarrollo, los subsidios sustanciales proporcionados por los países desarrollados en el Norte Global a sus agroindustrias, y los subsidios a la pesca industrial junto con el tratamiento especial y diferenciado solicitado por los países en desarrollo para proteger a la pesca a pequeña escala.

La Vía Campesina considera que la OMC ha demostrado repetidamente su falta de relevancia al no atender las demandas y aspiraciones de gran parte del Sur Global y de los agricultores a pequeña escala en todo el mundo. En lugar de abordar estas preocupaciones, la OMC solo ha generado y agravado las crisis del hambre mundial, la extrema pobreza, los conflictos agrarios y la crisis alimentaria.

Estos días del 40.º aniversario del MST han coincidido con la llegada de maquinaria agrícola china a asentamientos Sin Tierra. Ello es fruto de una colaboración fraguada con tiempo entre universidades chinas, la Asociación Internacional para la Cooperación de los Pueblos (AICP), y el Gobierno de Río Grande del Norte.

¿Tractores chinos?, ¿tendrían que seguir siendo por siempre los norteamericanos, como los John Deere, que se autopromocionan en las tractoradas en nuestro país? ¿O es posible, necesaria y hasta imprescindible la diversificación, dentro de un respetuoso acuerdo que contemple la extensión del modelo agroecológico?

Tal vez no venga a cuento, pero es un hecho que se ha repetido en muchos escenarios neocoloniales, y en casi todos los bloqueos propiciados desde Yanquilandia: en los años 80, cuando Reagan empezó el bloqueo y el ataque criminal contra Nicaragua, también los tractores existentes eran John Deere, que enseguida se paralizaron por falta de repuestos.

Resulta muy difícil de explicar lo que significaba en ese contexto la llegada de tractores Belarús, por ejemplo (que fueron los dos hermosos ejemplares que llegaron a nuestra escuela de agricultura en Jalapa), o de cualquier otra procedencia que consiguiera quebrar el bloqueo y permitir seguir realizando las labores en el campo.

Si eso se llega a entender en su debida dimensión, se entenderá igualmente que líderes y lideresas del MST estén tan contentos ahora con la nueva maquinaria china, en formato de tractorada rebelde, para mecanizar parcialmente la agricultura familiar y seguir transformando las relaciones en el rural brasileño.

¡Que viva el MST!