El desastre del Charcón
Antes de que leáis esta carta sólo quiero decir que no estoy a favor ni en contra de ningún partido político, simplemente me es indiferente, ya que para Grado me fijo en el representante y en el equipo político que conozco uno a uno.
Quería hablaros de las promesas que se producen en Grado por parte del Ayuntamiento y que luego no se cumplen, y es que es así ser líder de un partido político o de un Ayuntamiento es muy fácil, aquí cuando el pueblo te pide algo tu prometes que sí e ilusionas al pueblo, para al final acabar haciendo lo que le da absolutamente la gana y se preguntarán ustedes: ¿para qué nos contará esto?
Pues bien, yo quería hablaros del problema que tenemos en Grado con el acceso a la Panerina, el Charcón, tras los hórreos, etcétera. Es decir, a prácticamente el centro de Grado, como hace poco se publicó en esta casa, los accesos son un auténtico desastre, pozos, charcos, tierra, piedras, estrechez, demasiado tráfico, etcétera. Para cualquiera que haya leído esto pensará que es un problema de ahora, pero no.
Allá, a finales del invierno principios de la primavera, en esta casa salía publicada una noticia de que en Grado se iba a hacer la calle de acceso a la Panerina y alrededores y el teniente alcalde lo refrendaba diciendo que para la primavera probablemente estuviera terminado, ese domingo en mi casa se dijo: «Qué alegría, por fin nos van a arreglar el desastre de detrás del piso»; pues bien, llega la primavera y la calle sigue igual, es decir, un desastre, pero no contentos con ello nos ponen las atracciones de la fiesta de la Flor en el aparcamiento, con el consiguiente desastre, el malestar entre los vecinos por la música, los domingos sin plazas de aparcamiento y los coches aparcados en nuestro querido paseo del río, resumiendo, cosas que sólo pasan aquí, pocos meses después llega el verano y, como saben, este verano no ha sido de los más lluviosos que digamos; pues bien, los pozos y los barrizales que estaban en la entrada y en el aparcamiento se convierten en una polvareda impresionante, por tanto, cada coche que pasaba levantaba una nube de polvo que llegaba a los pisos, con lo que había que tener las ventanas cerradas y no tender la ropa si no querías que tu casa pareciera el Sahara; durante este período me consta que se han mandado numerosas quejas al Ayuntamiento refiriéndose al mal estado del aparcamiento, a las que el Ayuntamiento hace caso omiso totalmente; llega otra vez este otoño y con las lluvias vuelven a aparecer charcos, pozos, baches, etcétera. Pero incluso mayor, porque el tráfico cada vez es mayor; pero no se lo pierdan, que empiezan a levantar toda la piedra del centro de Grado, y todos los restos de escombros y piedras son trasladados para nuestro querido aparcamiento. El principal problema reside en que todo el tráfico del centro es desviado por la entrada al Charcón y el aparcamiento que da acceso a la Panerina y, claro, ya está otra vez el problema ahí y aumentado, entre el dumper de las obras, el tráfico que se multiplica y el mal tiempo, el acceso se ha ido cada vez deteriorando más y el aparcamiento con más baches, lo que ha llevado a producir algún accidente porque, señores, «¡no caben ni dos coches!», a la vista de ello y del malestar entre los vecinos se hace una reunión y se dice que en el próximo Pleno se propondrá el arreglo, eso sí, lo propone otro partido político que no es el que gobierna. Vamos, que el martes fue el Pleno y se preguntó por qué no se arreglaron la entrada y el aparcamiento, y la respuesta fue «¡que no había dinero!», y ahora díganme, les parece a ustedes normal que se levanten calles de piedra para volver a poner la misma piedra y tener que tener cortado el centro de Grado más de un mes (todavía no han acabado), les parece normal que arreglen calles que no tienen ninguna falta de arreglar y que se gasten un dineral en hacer «turboglorietas» que no eran de su competencia, ya que las carreteras nacionales deben ser arregladas y mantenidas por Obras Públicas (panda de incompetentes), les parece normal que un grupo de vecinos tenga que pasar con el coche para ir a sus casas por una carretera tercermundista, a mí, la verdad, es que no. Y estoy seguro de que seguirá así durante mucho tiempo, muy a nuestro pesar, sólo me queda decir una última cosa, gracias, señor alcalde, pero ya tiene un voto menos en las próximas elecciones.
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