Cercanos o apartados depende del amor
Leyendo en la prensa la columna de don Pablo Ferrer "Apártense, por favor", me he sentido -como creo que otros de mi generación- aliviado. Aún queda alguien que valora las formas, la convivencia y el respeto hacia el otro, algo que ya se ve poco en la actualidad, desde los ¿representantes? del pueblo pasando por los que representan el poder del dinero -poder absoluto- y aterrizando en esta adolescencia, en general educada... en otros valores. Por eso, cuando veo un toque de atención sobre aquellas formas basadas en valores humanos y principios morales, se agradece compartir el sentimiento.
A mí me enseñaron algo hermoso que hoy sería mal visto: "Si vas acompañando a una dama, deja que vaya del lado de la pared y tú guardas su integridad al otro lado". El otro día, en la panadería, una mujer madura algo cansada entró a la par conmigo y, cuando nos tocó el turno, le dije: "Las chicas primero"; la mujer se sorprendió tanto que despertó entusiasmada. Anteayer, fue otra mujer algo más joven que al verme me paró con cierta alegría y me dio dos besos. Pensé que sí la conocía, pero solo le pregunté: "¿Cómo estás?", por si acaso. Me dijo que había visto a mi mujer en la terraza de un bar, y le respondí que "la abuela estaba en casa con el último nieto". Al ver que se quedaba confundida, me obligué a una broma para aliviar el momento: "A quien habrás visto es a mi ligue". Ja, ja, claro.
Sí, me gusta el contacto humano, y me hago un amigo desconocido o me aparto para dejar paso, aunque vengan cuatro de frente y tenga que bajar de la acera; a veces hasta le doy preferencia a los vehículos en el paso de peatones, porque ellos tienen prisa y yo ando arrastrando la artrosis. Pero eso sí, don Pablo, lo que no soporto es que me envenenen por la calle con el tabaco, y no solo dejo paso, sino que me cambio de acera. Como usted supondrá, así voy, de acera en acera. El humo del tabaco mata, y la actitud displicente hacia el otro, también, pero... "El amor no obra mal al prójimo; por lo tanto, el amor es el cumplimiento de la ley" (Romanos 13:10).
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