La Nueva España » Cartas de los lectores » Sé que no se lleva decir esto, pero quiero decirlo

Sé que no se lleva decir esto, pero quiero decirlo

14 de Febrero del 2024 - José Viñas García (Oviedo)

Cuando una mujer reivindica igualdad y paridad está asumiendo su inferioridad.

La mujer preparada no llora igualdad, demuestra de lo es capaz. Está mujer estará por encima de las posibilidades de quien solo sabe llorar y renegar de su género y génesis. Sí, la mujer que pide igualdad es porque no es capaz de demostrar que puede hacer todo aquello que pide como derecho. No señor, la única igualdad exigida es tener las mismas oportunidades para estudiar, prepararse y optar por meritocracia a cualquier cargo público o privado; y tener las mismas garantías (las mismas, ni más, ni menos) jurídicas ante la ley.

Otra cosa diferente es la violencia física que se observa contra la mujer, la fuerza física no debe marcar imposición jamás. ¡Ojo! La justicia tampoco debe favorecer la discriminación de ningún sexo a la hora de enfrentarse a interpretar las leyes. Las denuncias siempre deben llevar pruebas contundentes y no suposiciones asumidas de antemano sobre que la mujer es víctima y verdad y el hombre una masa craneal cargada de violencia y abuso. Tanto el hombre como la mujer en general son buenas personas. Cuando se salen del carril de la nobleza e interviene el odio, el rencor, celos excesivos, las adicciones, las demencias, los trastornos mentales, los problemas que les superan... Tanto la mujer como el hombre se pueden convertir en verdaderos depredadores entre ellos. Cada uno usará sus armas, ninguna que lleve al maltrato físico y psicológico lleva a buen puerto. Luego entrarán a discernir cada desgracia las feministas de turno, las que viven con grandes sueldos se encargarán de embarrar todo, les va en ello su cargo, su bienestar. Lo verán claro si analizan sus políticas de género, desde sus leyes, todo a peor, más muertes y desgracias.

Nadie quiere entrar en los problemas reales, también sería fácil analizar el porcentaje de casos de violencia de género por situación económica, verán que entre parejas acomodadas no existen estas desgracias terribles, salvo excepciones. Lo cual da a entender que la raíz reside en que las parejas de clase baja y media baja no se pueden separar sin ruina eterna de uno de ellos, como suele pasar. Repartir miseria, hipotecas, hijos, casa, deudas... En este tipo de parejas en precariedad económica es imposible que lleve a buen puerto. A uno de ellos, el hombre, le condenamos a la miseria perpetua. Todos lo saben y ven, mientras no solucionen este apartado será difícil de encontrar soluciones a tanta desgracia. ¿Es justo? Claro que no, pero no hay nada más injusto que dejarte sin casa, sin la mitad del sueldo, pagando la hipoteca y deudas de lo que te quitan, la manutención de hijos, que también te dejan sin ellos... en fin, ustedes mismos. Hablo cuando no eres culpable de separarte; si tú rompes el trato, claro que debes asumir todos esos compromisos. Te conviertes en piltrafa humana, señalado y mendigando, ya nada tiene que perder después de perder la dignidad cuando se siente pisoteado por la familia, sociedad, instituciones y por la justicia. Por eso la justicia debe ser justa y no dejarse llevar por tendencias misándricas feministas.

Cuando vienen problemas, aparece el alcohol (a ver cuándo un gobierno es capaz de enfrentarse a la peor de las drogas, el alcohol cambia y destruye personalidad, convierte a la persona en piltrafa humana, la hace violenta y capaz de destruirse a sí mismo y todo lo que le rodea); las adicciones son el camino perfecto para llegar a la violencia. Pues nadie pone remedio a esta droga por intereses económicos y arraigo social asumido por todos. Los toros, no; los piropos, tampoco; llamar guapa a quien lo es, se enfadarán las feas; eso sí, quieren ir borrachas a casa sin problemas.

Las adicciones son el recurso de quien no ve salida a su situación personal o profesional. Pues prohíben el tabaco, que está muy bien, pero de todas las drogas es la única que no disloca mentes. Es perjudicial para la salud, pero no trastoca comportamientos como el alcohol. No hay evento o celebración donde en la mesa no esté esta arma de destrucción de la personalidad cuando se usa y abusa. Crea adicción, no se puede dosificar así como así. Una copa lleva a otra.

Cartas

Número de cartas: 45594

Número de cartas en Julio: 55

Tribunas

Número de tribunas: 2069

Número de tribunas en Julio: 2

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador