Barbate... vergonzosa dejadez institucional
El presidente del Gobierno de cualquier país democrático tiene a su alrededor personas para su seguridad, especialistas para el protocolo, consejeros-asesores para informarle, a veces para enseñarle y siempre el secretario personal para asegurar el cumplimiento de los compromisos del día y, en su caso, avisarle de cualquier cambio de actuación debido a circunstancias sobrevenidas inesperadamente.
Ante los graves sucesos en Barbate, zona Sur de España, con resultado de muerte de dos agentes de la Guardia Civil y otro compañero gravemente herido, quiero pensar "bien" que don Pedro Sánchez no tuviera conocimiento inmediato de lo sucedido, pero pasados unos minutos, digo minutos porque si fueran horas tendríamos que renombrar las responsabilidades e inculpar a más de una persona de su "napoleónico cuerpo de seguridad e información"... alguien tuvo que comunicarle la urgente modificación del plan diario...
En el supuesto de que nadie le avisara, la Moncloa, representante de todos los españoles, está tardando demasiado en señalar a los responsables y sancionarles reglamentariamente o expulsarles de sus cargos...
A cualquier español en su sano juicio esto último le suena a "chino" y difícilmente puede aceptar que sea verdad.
Entonces... señor Pedro Sánchez, usted ha sido el responsable de la dejadez, de la desidia, de la insensibilidad, de la falta de respeto institucional ante esos cuerpos inermes y ante todos sus compañeros o familiares... Lo siento muchísimo por la imagen que ha dado usted de España ante toda Europa y ante los países democráticamente desarrollados. Una imagen de autócrata endiosado capaz, como siempre, de atornillar su poltrona a base de la obediencia infame de aquellas personas que le rodean con su silencio para, igual que su jefe, creerse estar por encima del pueblo a quien dicen servir y representar... Otra gran mentira, porque ni sirven al pueblo ni le representan, sino solamente le utilizan.
Detrás de su "eminencia autócrata" se encuentra la figura de la "obediencia ciega", personas que el pueblo debe tragarse su "ignorancia política y social"; entre ellos, jueces y personas con currículum de "cinco" pero, en el área nepotista, considerados parte de una "familia abierta", amigos, primos, compañeros, enchufados y, sobre todo obediente
¿Todos ignorantes? ¿Todos infames? ¿Todos indiferentes?
¿Nadie le comunicó la desgracia mortal de unos servidores de todos nosotros?
Con los cuerpos todavía calientes, ¿fue usted capaz de asistir a una serie de espectáculos, dignos, pero impropios para su asistencia?
Ni usted ni su inmediato ministro de Interior tienen dignidad... usted, como presidente, por lo que representa, y su ministro Marlaska, por su responsabilidad en todo lo sucedido y por su dejadez y desprecio, de hecho, a las Fuerzas Armadas de España.
No quiero olvidar al que fuera ministro de Sanidad, señor Illa, ahora sentado en la poltrona del PSC, "el Partit dels Socialistes de Catalunya"...
¿Dónde está su minuto de silencio?, ¿dónde está su dignidad como persona, como político? ¿Ya no representa a España, ha perdido la memoria, le viene la demencia?
¡Qué vergüenza!
La dignidad castrense, ante tantos desprecios, también tiene obligación de manifestar públicamente las reglas del juego democrático por las que ellos se juegan la vida.
En ocasiones, señores militares, las medallas no dicen nada, si los hechos anteponen el saludo castrense a la defensa de la dignidad y a la exigencia de responsabilidades.
La dignidad se gana defendiendo y honrando a los que nos dejan cumpliendo con su deber.
Queridos amigos, allá donde os encontréis, estar seguros de que el pueblo no os olvidará... Los políticos no os lo aseguro.
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