Los médicos derrotarán al cáncer antes de cinco años
Creo honestamente que el contenido del epígrafe puede ser muy correcto, y constituir una afirmación científicamente fundada para los pacientes de esa patología.
No es una ocurrencia de tertulia de café: es la experiencia de un paciente diagnosticado como “grave” por la afección de un tumor prostático positivo en la biopsia, y curado con isótopos radiactivos por mi admirado amigo el Dr. Prada, profesor de Radiología de la Universidad de Oviedo; puedo añadir a la credibilidad de mi opinión mi formación como doctor en Ciencias Químicas y de licenciado en Farmacia, así como las duras experiencias de una abuela fallecida por una patología cancerosa intestinal; de hijo de una madre muerta de cáncer de páncreas en poco menos de tres meses de padecimiento, y el de padre de un enfermo de igual dolencia, que la está superando, casi cerca del año con tratamiento de quimioterapia. Entiendo que estas realidades -nada envidiables- no se deben ocultar, porque son fuente valiosa de ánimo objetivo para muchos pacientes.
Cada vez está más extendido entre mis colegas sanitarios que el enfermo debe soslayar el dolor y la astenia (falta de ánimo), lo que en general puede conseguirse fácilmente por simple atención farmacológica. Está demostrado que estas secuelas se fundamentan en deficiencias hormonales superables, que rebajan la respuesta inmunitaria; pero lo más importante es el gran progreso científico en el área de la Salud, y en los nuevos enfoques de tratamiento, que se basan en los siguientes contundentes criterios:
“Analítica fina”, que precisa la concreta dolencia, que es múltiple y diversa. Diagnóstico selectivo de la variedad tumoral, que conduce al oncólogo a un tratamiento preciso y previsto, que se cuantifica gradualmente siguiendo las personalizadas y seguidas respuestas ofrecidas por el paciente.
Disponibilidad reciente del conocimiento “completo” del genoma humano desde hace muy pocos meses.
Sumario: El gran progreso sanitario y los nuevos enfoques de tratamiento en la lucha contra los tumores
Destacado: Se dan todas las circunstancias favorables para lograr milagros naturales, porque estamos en el prodigioso campo de los tratamientos personalizados
Información más precisa de la acción de los virus sobre genes concretos responsables de las afecciones tumorales.
Mayor dominio sobre la actuación del RNA mensajero en su actividad sobre genes patológicos específicos.
Mejor conocimiento de la “cara” (curación), y la “cruz” (agresión), de los medicamentos usados en las quimioterapias. No es raro que los fármacos se comporten como armas de dos filos con efectos múltiples, y no siempre iguales en cada enfermo.
Control, cada vez más afinado, de los efectos concomitantes con la metástasis.
Y ¿qué significa este nuevo acervo de conocimientos?
Pues, muy claramente, todo esto se concreta en una mucho mejor determinación del qué y del cómo proceder clínico. Si además se ha generalizado en la moderna Oncología el tratamiento intensivo y en equipo del enfermo, se dan todas las circunstancias favorables para lograr “milagros naturales”, porque estamos en el prodigioso campo de los “tratamientos personalizados”, que se enfrentan al fantasma de ser muy caros, y que por su formidable eficacia acaban resultando baratos.
El médico que los hoy ya ancianos pacientes conocimos de niños contaba para sus diagnósticos casi exclusivamente con el termómetro y el fonendoscopio, una analítica muy modesta, una radiología pobre y apoyos bioquímicos muy escasos. Hoy (Deo gratias), los avances científicos de base han modificado rápida y eficazmente el panorama: la analítica es muchísimo más fina, y precisa, y ya orienta el diagnóstico y la medicación; los enfoques terapéuticos son más plurales y complejos, y dejan menor margen de error; y lo que es más importante: el avance científico se revela más rápido que el daño patológico, lo que augura fulminantes avances de la Medicina, que además ha tenido el buen criterio de seleccionar para sus Facultades a los estudiantes mejor dotados. Todas estas consideraciones llevan a una conclusión sólida y precisa que muchos enfermos tumorales actuales disfrutarán: el cáncer, en sus diferentes variedades, desaparecerá prácticamente antes de los próximos cinco años. No es un sueño fantástico, es la previsión lógica de una realidad que ya está aflorando: hoy el 85% de los tumores de mama se curan, y una recientísima y sorprendente noticia es que casi el 50% de los tumores pancreáticos responden a nuevos medicamentos. Ánimo y alegría para todos los enfermos, y mil gracias y bendiciones a médicos y enfermeras.
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