Culpables del desastre español
En España todo va mal o peor de lo que podría ir.
En sanidad faltan médicos y medios, a pesar de que hay en este país un buen número de profesionales y potencial. Esto se traduce en tardanza, descuido o negligencia hasta en la atención primaria.
En educación tampoco hay suficientes profesores, orientadores, herramientas para el número de estudiantes y necesidades educativas.
En servicios sociales las personas dependientes no encuentran ni la mitad de la ayuda que necesitan.
Otros servicios públicos, como el transporte ferroviario, es un circo con el que ya no sabes si llorar o reír por cancelaciones, accidentes, retrasos o abducciones.
Sin embargo, la Seguridad Social, Hacienda, ayuntamientos, comunidades autónomas se encargan eficientemente de cobrarnos impuestos a los ciudadanos de a pie.
Las cuentas no cuadran... bueno, mejor dicho, sí que lo hacen, porque en el haber del erario público español hay una gran cifra que haría que España fuese mejor. Que se sepa, hasta el año 2016, en España la corrupción política suponía 124.123.915.826 euros. De este robo ningún ladrón devolvió un solo euro.
¡Esto es justicia y lo demás risa!
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