Nos están pasando cosas una y otra vez
¿Qué tendrá la política que atrae tanto a cierta parte de la golfería nacional? Llevamos casi medio siglo votando en democracia y viendo cómo el poder se iba por temporadas, cuando al centro, cuando a la izquierda cuando a la derecha, y cuando como ahora, a un totum revolutum incapaz de reconocer su tendencia política ni la mismísima madre que los trajo al mundo, con todo mi respeto.
Cuando gobernaba el señor González, ya tuvo que ver cómo algunos de sus más fieles colaboradores en el Gobierno se las vieron con la justicia y algunos de ellos acabaron en la cárcel por haber actuado como si las cosas y cuentas de España fuesen propiedad privada heredada de sus difuntos abuelos. Después ganaron las elecciones los populares y, el señor Aznar, que presidia el Gobierno, también acabó viendo a alguno de los suyos entre rejas por creer, según parece, que el dinero de las arcas públicas estaba mejor en sus cuentas bancarias particulares que gastado en cosas que pudieran ser útiles y de provecho para los ciudadanos a los que representaban. Entre tanto, los españoles, un poco hartos del comportamiento del bipartidismo, quisieron o quisimos probar a votar a unos jóvenes que parecía se iban a comer el mundo tratando de poner orden y justicia en aquella especie de "charca de ranas", con perdón, vivida hasta entonces, y, ¡pobres españolitos!, acabamos por hacer bueno el dicho popular que reza: "Bueno me hará, quien venga detrás". Llevamos, a mi entender, soportando la chulería y prepotencia, con perdón, de un señor que va de sobrado y estirado, pretendiendo, a mi entender, con su arrogancia, dejar a la altura del barro a cuantos le precedieron en el poder y ahora parece que, lejos de arreglar nada y poder darnos ejemplo de honradez y buen gobierno, presuntamente, le están saliendo "chorizos" por todas partes, además de dejarnos el país endeudado hasta en las bragas de la abuela por décadas y décadas, mientras los medios de comunicación nos informan que ciertos sujetos de su máxima confianza, presuntamente, agrandaban sus cuentas bancarias a costa del sacrificio de todos los españoles. Yo no sé si esto es un castigo merecido o qué es lo que nos pasa, pero pasar, nos están pasado cosas, y gordas. Que me perdonen cuantos políticos honrados habrá, pero es que basta un pato para enfangar la charca.
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