Ábalos aprieta las tuercas
El exministro se niega a renunciar a su acta de diputado y acojona a todo el personal "implicado" con lo que él sabe ahora y con lo que ya sabía antes.
Para más información, permítame el reenvío de mi carta publicada por LA NUEVA ESPAÑA el 31 de enero de 2020, que se titulaba "Salvar al soldado Ábalos":
De los productores de "La fuga del Lute", "Rumasa Wars", "El lobo de Gescartera", "Pepe el del Popular", "Tú a Forum, yo a Afinsa", y "Lo que Sofico se llevó", nos llega el nuevo éxito del año en la prensa nacional: "Misterio en la niebla de Barajas", protagonizado por el top de la política, José Luis Ábalos, a quien en su papel de Inocencio Malatesta le pregunta un amigo: "Oye, Ino, si tu mujer te pillase in fraganti con otra en la cama, ¿tú qué harías?». Inocencio, cínico y candoroso, contesta: «¿Yo? Negarlo, naturalmente».
Al Sr. Ábalos, progre troglodita medieval, le han pillado in fraganti y lo ha negado, naturalmente.
Por si alguno no está en la onda, recordar que Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, a pesar de tener prohibida la entrada en el espacio Schengen, llegó al aeropuerto de Barajas el lunes de madrugada.
Lo hizo en un "jet" privado, el mismo que desde el pasado octubre ha realizado con frecuencia trayectos habituales del tráfico de oro venezolano, frecuentando los aeropuertos de Turquía (la principal salida del oro es la ruta Caracas-Estambul), Emiratos Árabes Unidos, Suiza, Rusia y Seychelles, países donde, o bien se refina el oro, o se pone en el mercado.
Sorpresivamente, el ministro Ábalos, curtido en mil batallas, ha ejercido de anfitrión con nocturnidad y secretismo, y ha pecado de incauto, comiéndose el marrón que tal vez hubiera correspondido al ministro de Interior o al de Exteriores (Iglesias no caerá en el autosabotaje); y además, en una maniobra desesperada, falta de estrategia y sobrada de soberbia, ha intentado colarnos una historia fantástica, ficticia y peliculera.
Ha querido justificarse, y lo ha hecho con tal atropello y tan mala fortuna que se ha negado a sí mismo, contradiciendo su primera versión con una segunda, una tercera, una cuarta y hasta una quinta.
Cinco versiones en 48 horas, desde el «no la he visto» a «un saludo» de casi media hora, que ya es saludo... Solo le faltó decir que Delcy no existe.
Mentira tras mentira, pero la ministra M.ª Jesús Montero, en didáctico alegato, ha puesto negro sobre blanco al aclararnos: "¿Mentir? No, eso no es mentir. Esto es llevar los asuntos diplomáticos "con discreción" (risas y aplausos). Para el fin de semana, en vez de buscar Pokémons, me he propuesto encontrar a algún político que diga la verdad.
Finalmente el presidente Pedro Sánchez, quien a diferencia de sus homólogos británico y francés había preferido dar plantón a Juan Guaidó y lucir palmito en la gala de los "Goya", salió al rescate asegurando que el Sr. Ábalos "abordó de manera heroica una grave crisis diplomática, y la resolvió con éxito".
"No he hecho mal. He prestado servicio a mi país", ha dicho el bueno de Ábalos. Y ha añadido, amenazante: "He llegado a la política para quedarme y no me va a echar nadie".
Pese a ser algo presuntamente heroico, por lo que sería merecedor de la laureada de San Fernando, ¿por qué el Ministro actúa como si le abochornara? ¿Quién quiere echarle, Sr. Ábalos? ¿A quién está amenazando y por qué?
¿De quién es la responsabilidad de esta crisis diplomática? ¿Iglesias, Marlaska, Margarita, Redondo, Sánchez...?
Gente malpensada cree que tiene que ver con la investigación de la Audiencia Nacional sobre los pagos millonarios que la petrolera estatal venezolana PDVSA realizó a Raúl Morodo (nombrado embajador de España en Venezuela por Zapatero), y su hijo Alejo; la información que está aflorando sobre los pagos a Podemos de Venezuela, Bolivia, Ecuador o Uruguay. Los 28 viajes de Zapatero a Venezuela; el caso de los GEO armados y encapuchados en la Embajada de México en Bolivia; la petición de Bolivia para que declaren Iglesias, Monedero, Zapatero, Errejón o Baltasar Garzón. Entonces ¿era esto la Alianza de Civilizaciones?
Sean felices, disfruten del Gobierno y no se olviden de compartir un final feliz con alguien que merezca la pena, porque la alternativa es un vicio triste y solitario, reservado a desheredados de la fortuna y pensionistas mendicantes y sin recursos.
Saludos cordiales.
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