Despierta, reflexiona, denuncia, actúa
Estoy tan aterrorizado como tú por la inhumanidad y la bestialidad de lo que ocurre en Gaza y Oriente Medio hoy mismo.
Esta mañana he recibido este mensaje en mi WhatsApp: "Ahora mismo, personalmente, necesito esa voz que hable por mí, que 'grite' contra la injusticia por mí".
Yo no soy la voz de nadie, soy un ciudadano de a pie con los mismos años que la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, que dedica tiempo de su vida a poner un granito de arena para que los DD HH sean una realidad en este mundo, en todo el mundo.
Hace unos días, en el inicio de la Asamblea autonómica de Amnistía Internacional Asturias, nos decían: "La muerte de un defensor de los DD HH en la cárcel es un fallo de la humanidad y un fallo de Amnistía Internacional".
Es verdad que la situación actual del mundo revela una clamorosa falta de gobernanza global y liderazgo comprometido con los derechos humanos para hacer frente a los grandes desafíos de la humanidad de manera justa y eficaz.
Es verdad que si, en la gobernanza del mundo, el Consejo de Seguridad tiene un papel importante, el derecho de veto ejercido sistemáticamente por los países más poderosos para acallar la voz de la mayoría de la ONU es una anomalía que será importante corregir.
Nos ha parecido desde hace tiempo que la ley del talión, del ojo por ojo y diente por diente, era algo salvaje y poco acorde con una sociedad civilizada y moderna; sin embargo, lo que está ocurriendo desde el 7 de octubre en Palestina significa que, por un ojo, yo te arrancaré los dos ojos, las manos, los brazos, las piernas...
¿Qué puedo hacer yo? ¿Qué puedes hacer tú?
No tengo una respuesta. Sé que los gobiernos nacionales y las organizaciones internacionales tienen su responsabilidad; pero la sociedad civil, también yo y también tú, tenemos responsabilidades: Despierta, reflexiona, denuncia, actúa.
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