Del cielo cayó una cabra con un cartel...
Es incomprensible que, en nuestros días, con organismos costosísimos, como Naciones Unidas y algunos otros, aún tengamos que ver disparates, a mi entender, como el que, según los medios de comunicación, se acaba de dar en Gaza. Resulta que una población civil inocente, como pasa en todas las guerras, se ve en la necesidad de jugarse la vida esquivando bombas y balas para tratar de conseguir algún tipo de alimento que garantice su subsistencia, entre los alimentos lanzados en paracaídas, según parece, por aviones estadounidenses, emulando a los niños en las arrebatiñas de caramelos y chucherías en ciertas fiestas y eventos.
Yo pregunto: ¿no hay ninguna otra forma o manera de conseguir ese tipo de objetivos humanitarios de manera más segura que la de poner en riesgo la vida de quienes ya la tienen medio perdida? De esta forma, pienso yo, se da facilidad a los más osados y fuertes, incluso a las mafias, que las habrá, para apoderarse de parte que no les corresponde, a cuenta del hambre y la miseria de los más débiles. Con este tipo de cosas, uno piensa qué razón tenía el que tuvo la idea de decir para estos casos en bable: "Del cielo cayó una cabra con un cartel que decía: 'El que me pille, pa él'". Pido disculpas por la broma frente a tanta calamidad, pero es que se ven cosas que o te ríes, o se te parte el corazón.
José Luis Álvarez Lauret
Gijón
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