A tolura
Hay personas que les duele tanto la cordura que se lanzan a la aventura.
La “tolura” es un viaje, una aventura, que no conocemos bien, que no sabemos cómo será el final.
La traducción de la palabra “tolura” escrita en fala nos dice que es un trastorno mental, pero, también atenuado, no muy grave, pues todos estamos un poco tolos (locos). Ya lo cantaba Serrat (Cada loco con su tema...).
Sin embargo, una “toleiria” es una acción leve, sin muchas consecuencias, como cambiar los muebles de sitio en tu casa o cortar las margaritas en el jardín y dárselas a los cerdos.
Esta semana me encontré con una cabra que estaba con su hija (la chota) y me dijo que estaba cansada de oír refiriéndose a una persona: “Este está como una cabra o como una chota” y que ya está bien, que las cabras y sus hijas las chotas no están trastornadas, que porque digan “beee” a todo, es su manera de relacionarse.
Al lado de la cabra estaba una vaca y también se me quejó, que las vacas no están locas, que a quién se le ocurrió llamarle a una encefalopatía enfermedad de las vacas locas, que ellas están cuerdas y además son pacíficas.
Cerca de la vaca estaban unos cuantos grillos cantando y también estaban enfadados, porque, según ellos, cuando una persona está loca, dicen que tiene la cabeza como una jaula de grillos y ellos solo cantan cuando sale el sol y no molestan a nadie.
Y ya no digamos cuando comparamos una persona con una cosa o un instrumento. Este está como un cencerro, como una maniega, como una veleta. “Tas como un cesto, tas aventao”.
Hace cincuenta años, en una visita a La Cadellada, donde estaba mi padre ingresado con su locura, me impactó una frase escrita en una pared que decía: “Tenían que darme la medalla del amor y del trabajo y lo único que me dan es la espalda”.
A veces, cuando a alguien se le pone todo cuesta arriba, cuando la nube negra se instala en su cama, cuando sería fácil preguntarle qué le pasa, no lo hacemos y esa nube negra lo va llenando todo y acaba por no ver la salida y la consecuencia es la tolura (locura) o el suicidio.
A veces nos falta empatía y tampoco ayuda que este mundo está muy mal (tolo) y nos contagia como si fuese una pandemia.
Bueno, después de contaros todas estas tonterías , voy mirar si hay una “abeluga” y me voy dar una vuelta por Arnao, para que me dé el aire y se me aclaren todas las “toleirias que teño na cabeza”, porque ya sabéis que “a cabeza nun para”.
Ya sabéis, cada loco con su tema...
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