El sentido del humor es cosa de minorías
Sentido del humor de nivel superior solo lo han tenido los líderes tipo Stalin en el Este y tipo Churchill en Occidente (y Fraga, claro); son del tipo superior que más o menos tienen todo en su cabeza. La mayoría restante de líderes, para ser adecuados, necesitan un acceso constante a especialistas y asesores honestos.
A tal efecto, muchos participantes en este foro habrán oído o leído cómo, en 1934, en pleno discurso de Gil Robles, uno de la oposición le increpó desde lo alto del hemiciclo: «Su señoría es de los que todavía llevan calzoncillos de seda».
Risas, voces, griterío... Gil Robles esperó a que las aguas volvieran a su cauce, miró al diputado que le había interrumpido y le replicó de forma tan fina y elegante como sólo él sabía hacer: «No sabía que su esposa fuera tan indiscreta, señoría».
Más contundente, pero igual de fino, fue Winston Churchill cuando Lady Astor, primera mujer que ocupó un escaño en la Cámara de los Comunes, se dirigió a él y le dijo: «Si usted fuera mi marido, le echaría veneno en el té». A lo que el político respondió rápidamente: «Señora, si usted fuera mi esposa... me lo bebería».
Un ejemplo del sentido del humor de nivel medio sería el que puso de manifiesto la Guardia Civil, así en abstracto, cuando, para dispersar a la gente concentrada en los alrededores del chalé de los Iglesias & Montero, alegó que las caceroladas «molestaban a la fauna del parque natural». Qué cachonda la Benemérita.
Ejemplo de sentido del humor nivel bajo es el demostrado por Pedro Sánchez acusando al PP de convertir el caso Koldo en un «bulo como el del 11M» (192 personas asesinadas... un bulo, según el PSOE).
Y, aprovechando el aniversario del 11M, traigo a colación una muestra del sentido del humor de nivel cutre intemporal por boca del gran Pepiño Blanco, excelente sentido del humor el suyo, cuando declaró: «Lo único que ha quedado claro, tras la sentencia, es que el autor intelectual del engaño masivo del 11M es José María Aznar, el autor material es Ángel Acebes y los colaboradores necesarios son Mariano Rajoy y Eduardo Zaplana». Con un par.
Sentido del humor de nivel fantasía es en primera persona y se refiere a una pesadilla que tuve en la que, al darle la mano a Zapatero, me contagiaba de todo, desde tos hasta estrabismo, pasando por dolor genital, alopecia, pérdida de memoria, sinusitis y hasta durezas en los pies.
He pedido una indemnización en el INSS y el funcionario que me atendió, un hombre desagradable, bajito y con gafas, me dijo que yo estaba loco, y hasta tuve dudas, porque si una rata te dice que estás loco, es que estás loco, porque las ratas no hablan.
Ahora solo falta que usted, amigo lector, demuestre su sentido del humor y esboce una sonrisa benévola, comprensiva y resignada. Es lo que hay.
Saludos cordiales.
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