Amnistía

8 de Marzo del 2024 - José Viñas García (Oviedo)

Está claro, con Pedro y esta camada de políticos que viven muy bien dentro de la pastoral sanchista, todo lo imaginable puede ser considerado constitucional; simple, si no lo es, se hace. Hasta pueden ser hombres de Estado los delincuentes y corruptos. Puede incluso el fugado ser amnistiado, y los que se vieron obligados a cumplir y hacer cumplir la ley contra esos delincuentes (jueces, policías y políticos) con esa amnistía pasarán a ser los despreciables. En fin, un despropósito de dimensiones que se nos escapan.

Para que cualquier amnistía se pueda dar se tienen que cumplir varias premisas:

1) En busca del bien de toda la sociedad.

No se da, divide aún más a los españoles.

2) Pedir perdón.

No pidieron perdón.

3) Resarcir el daño causado.

No devolvieron un solo euro malversado, lo saqueado, robado y destrozado.

4) Firme promesa de no repetir delitos.

Todo lo contrario, dicen claramente que volverán a repetir jugada.

5) Que los implicados, los que presenten y aprueben esa amnistía no sean los propios beneficiados por la misma.

Ellos se la guisan, ellos se la comen.

Como ven, esa amnistía solo se hace por bien de los propios corruptos, sediciosos, terroristas callejeros, delincuentes y fugados. Y, sobre todo (lo más asqueroso), por ese afán de poder de la banda sanchista, dispuesta a pervertir la legalidad en nombre de una democracia que, aun blindada constitucionalmente, está llena de grietas por donde unos impresentables por estar tres años más en el poder bien pudieran usarla y retorcerla, como vemos.

Aquí y en Pekín, no es asumible que sea constitucional y decente pisotear y romper el Estado de derecho, la igualdad de todos ante la ley y la separación de poderes.

Un Estado, un Gobierno democrático no puede rendir pleitesía a corruptos, delincuentes, malversadores, fugados de la justicia, a aquellos que homenajean a etarras cuando salen de la cárcel... Esto no entra dentro de estómago alguno, salvo del agradecido.

Nuestra democracia camina inexorablemente hacia la tiranía más despreciable. La ley, para ser justa y aceptada, debe ser igualitaria en todo momento y circunstancia. Usarla para favorecer corruptos que se convertirán en pilares para sostener un Gobierno es despreciar la esencia del Estado de derecho.

"El Estado de derecho es la filosofía política de que todos los ciudadanos e instituciones dentro de un país, Estado o comunidad son responsables ante las mismas leyes divulgadas públicamente, incluidos los legisladores y los líderes. Es una condición política que no hace referencia a ninguna ley en concreto. El Estado de derecho implica que cada persona está sujeta a la ley, incluidas las personas que son legisladores y jueces, encargados de hacer cumplir la ley. Cualquier medida o acción debe estar sujeta a una norma jurídica escrita, y las autoridades del Estado están limitadas estrictamente por un marco jurídico preestablecido que aceptan sus formas y contenidos. Por lo tanto, toda decisión de sus órganos de gobierno ha de estar sujeta a procedimientos regulados por ley y guiados por absoluto respeto a los derechos".

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