11M en Canarias
Mi esposa y yo poseemos desde hace muchos años un apartamento en la Playa de Los Cristianos, que es un pueblo de Arona, un municipio que está en la ladera sur del Teide. Lo compramos para pasar en él tres meses al año cuando me jubilara.
El 11 de marzo de 2004 estábamos viviendo en él.
El domingo anterior habíamos sido invitados por la Agrupación Socialista de Arona a asistir a un mitin de Zapatero en el polideportivo de la Cuesta de Taco; el viaje era en autobús, lo que suponía unos 90 kilómetros para ir y otros tantos para regresar a Los Cristianos. Nunca había asistido con mi esposa a ningún mitin político, pero no se quejó, quizás porque el ambiente era de fiesta; el polideportivo estaba abarrotado.
Cuando terminó el acto me acerqué a Zapatero para saludarle, felicitarle por el lleno, y para preguntarle por las encuestas. Me contestó que la diferencia entre PSOE y PP era, según de quien fuera la encuesta, de unos 2 puntos, lo que concuerda con los datos que tenía el PP entonces.
La mañana del 11M nos levantamos a las 9, como siempre, y nada más levantarnos sonó el teléfono de mi mujer. Era nuestro hijo llamando desde Madrid que le dice este mensaje críptico: >. No entendimos nada hasta que no contó que en la estación de Atocha había habido una explosión, y que pensaba que había sido de gas.
Encendimos el aparato de televisión y llovieron las noticias, puesto que la hora de diferencia con Canarias hacía que en Madrid fueran ya casi las once.
Una característica de la urbanización donde tenemos el apartamento es que casi el 80% de los propietarios son británicos, lo que obliga a que en las juntas generales se hable primero en inglés y luego se traduzca al español. Por esa mayoría de ingleses tenemos conexión a la BBC, a Sky News, a ITV; también a la emisora oficial de televisión de Alemania, así como a la francesa TF1, a las italianas y a todas las españolas.
Según iban pasando las horas las noticias de las emisoras extranjeras diferían de las que nos daba RTVE. Hacia las 6 de la tarde, hora canaria, las emisoras extranjeras ya hablaban de un atentado terrorista en represalia por la invasión de Irak el 20 de marzo del 2003 por las tropas de España enviadas por Aznar, por las tropas de Inglaterra y por las estadounidenses.
A las 20 horas la BBC ya había recibido información del MI6 de que había sido un atentado islamista; sin embargo, Ángel Acebes, ministro del Interior, hasta en cicno ocasiones salió ese día a decir que había sido un atentado de ETA.
El domingo 14 hubo elecciones y el PP las perdió por mentir a los españoles, y porque Aznar se emperró en agradar a Bush enviando tropas a Irak, a pesar de la enorme manifestación que había habido en Madrid días antes contra la guerra, la mayor que yo, que vivo en Madrid desde 1954, he visto; mayor que la del entierro de los abogados laboralistas asesinados por pistoleros de extrema derecha.
Con la información que el jefe de los Tedax y otros comisarios de Policía estaban recibiendo sobre los atentados, llegaron a la conclusión de que, de haber otro atentado, sería sobre estructuras estratégicas, como, por ejemplo, las vías del AVE; una rápida inspección de las mismas permitió desactivar varios paquetes de explosivos dispuestos para ser accionados al paso de un AVE. Se evitó así una enorme tragedia.
Al jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, lo conocí años después, y me honra con su amistad.
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