Si tu padre levantara la cabeza
La idea de levantar la cabeza tiene varios sentidos, quizá el más generalizado es el de salir de una larga situación penosa, pero para los de mi generación, "levantar la cabeza" significa resucitar y escandalizarse por lo que ve. Aunque es verdad que no todo tiempo pasado fue mejor, casi podríamos asegurar que un 85% ha estado más cerca de los valores y principios humanos que los de este presente. El modelo que mantenía nuestra integridad social está abriendo brechas en todos los niveles, desde los que deberían defender esa integridad a toda costa, que para eso se les paga, pero que son los primeros que la atacan según sus intereses, hasta el ciudadano común, que está olvidando las formas en casa, en el trabajo, en la calle, con el vecino, con la naturaleza y con el mundo.
La sociedad parece esconder la cabeza sumergida en el móvil, conformada al pesimismo, caminando sin luchar hacia un coma espiritual. Para la generación que está viviendo sus últimos días ya no resulta muy consolador que nuestros antepasados hayan trabajado por los suyos y por los demás, conseguido hazañas de ensueño, levantado civilizaciones y sociedades, escribiendo una historia que valora lo bueno de nuestro ser, y aún sin poder erradicar lo malo pero sí censurándolo, mostrando que es nuestra obligación respetar al otro y que somos la única especie conocida con conciencia y valores morales. Lucharon por dejar un legado mejor que el que habían recibido.
Hoy... no parece que haya mucho interés en legados extraordinarios, a no ser en metálico, pero... el Creador nos propone este para el que lo quiera: "El propósito es que andes en el camino de los buenos y que guardes las sendas de los justos. Porque los rectos son los que residirán en la tierra, y los exentos de culpa son los que quedarán en ella. En cuanto a los inicuos, serán cortados de la mismísima tierra; y en cuanto a los traicioneros, serán arrancados de ella" (Proverbios 2:20-22). Dios ha dado un tiempo para demostrar que no nos obliga a aceptar su soberanía, aunque es indispensable para la vida, y antes de que el sistema humano acabe con todo, él va recogiendo y guardando en su memoria a los que sí quieren vivir bajo su soberanía: "La gente se desmayará del miedo y la ansiedad por las cosas que van a venir sobre la tierra habitada, porque los poderes de los cielos serán sacudidos. Entonces verán al Hijo del Hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria. Pero, al comenzar a suceder estas cosas, pónganse de pie y levanten la cabeza, porque su liberación se acerca" (Lucas 7: 26-28).
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