El Seminario o el periodismo que perdura
Se acercan fechas importantes en la vida del Seminario. La fiesta del Glorioso San José adquiere connotaciones importantes en el ámbito del Seminario Metropolitano, con especiales repercusiones para la diócesis entera, que celebra, en la ocasión, el Día del Seminario. Es como una tradición viva en todas las diócesis hispanas, que lanzan las campanas al vuelo para recordar al fiel cristiano que las vivencias espirituales de ese día han de tener por meta su Seminario. Para la nuestra, todas las resonancias enfocan desde todas sus parroquias al Prau Picón, donde un grupo de seminaristas se preparan para incorporarse, después de su ordenación sacerdotal, al presbiterio diocesano y al de algunas diócesis hermanas de Hispanoamérica.
Cada año, como si se tratare de un voto o promesa, de grata imposición, intentamos dedicar algunas líneas periodísticas a las vivencias espirituales de nuestro Seminario. Reviso ahora mi primer contacto con los periódicos y me encuentro con que mi primer escrito de iniciación aparece publicado en la revista "El Seminario" y tuvo por presencia y cercanía al Seminario ovetense para hacer la crónica gratamente encomendada por el grupo de seminaristas participantes en un Campo Misión, en las parroquias del alto Ibias (Taladrid, Tormaleo, San Clemente y Alguerdo), bajo la dirección del cura D. Celestino Méndez Couso, donde muy eficazmente nos entrenábamos para ser curas rurales, como el de Bernanos. A partir de aquellas fechas, mucho he escrito sobre el tan querido Seminario de Oviedo y hoy vuelvo a coger la pluma -materialmente, así- para llevar a mis lectores a ese tema recurrente que es mi Seminario, al que dedico estas líneas de sencillez y de cariño inevitable a través de una faceta que quisiera contemplaras con cariño y simpatía.
Sumario: Forja de periodistas en el Seminario de Oviedo
Destacado: Se formaban los seminaristas en estudios favorecedores de las Humanidades, ampliados con el estudio de la Música, la Sagrada Escritura, los Santos Padres de la Iglesia y el Derecho Canónico, la Ética y la Moral, la Cosmología, la Psicología, la Lógica, la Crítica y la Historia de la Filosofía
Voy a hacer presente a ese Seminario del Prau Picón en una faceta muy entrañable, la del "periodismo en el Seminario". Obviamente, he de ser breve, aunque sea mucho lo que habría que decir y diré en "román paladino en que suele el pueblo llano fablar con su vecino". Tras esa pléyade de periodistas y nombres y cabeceras de periódico, que acabaron dejando huella en la formación seminarística.
Se formaban los seminaristas en estudios favorecedores de las Humanidades, ampliados con el estudio de la Música, la Sagrada Escritura, los Santos Padres de la Iglesia y el Derecho Canónico, la Ética y la Moral, la Cosmología, la Psicología, la Lógica, la Crítica y la Historia de la Filosofía, materias que contribuyeron al máximo a su orientación literaria, asimilando bien las lecciones sobre todo del inefable D. Florentino García Arrojo, y a su acercamiento a D. Maximiliano Arboleya, a través de las clases de D. Domingo Benavides.
De las hornadas de seminaristas de aquella etapa del Seminario de Oviedo colean por la historia del periodismo no pocos antiguos alumnos que formaron su espíritu en las aulas de aquella institución eclesiástica: podemos mencionar y traer a recuerdo a José Antonio Olivar, Faustino Fernández, Xavier de Montini, Ceferino de Blas y Julio Puente, ya en el otro umbral. Y de los de hoy, me es grato mencionar a Fernando Canellada y Juan Antonio Ardura, todos ellos, cual fruto de aquella semilla que, en su día ya lejano, plantara Arboleya en el Carbayón. Frente a un periodismo eclesiástico vital para la polémica y la lucha abierta, me quedo con ganas de estudiar la orientación de "Esta Hora" y la gerencia de la misma, después de aquellos tiempos gloriosos de su fundación por D. Víctor García de la Concha con colaboradores asiduos del mundo clerical formados en el Seminario de Oviedo: Espiña, Monchu Cuevas, Martínez Carrocera, José Emilio Díaz, servidor, Javier Gómez Cuesta, Montoto, Sangrador, José Manuel, el cura de Lada y José Ramón Castañón.
Las cabeceras de varios humildes periódicos quedan flotando como vivencias de muchos intentos de llevar noticias de interés para los formandos seminaristas: el "Telón", con pujos de sostener muralmente críticas no siempre gratas a la superioridad. "El Seminario", "Auras del Seminario", MÁS" (pretendía equipararse al "Incunable" de D. Lamberto de Echevarría en la Pontificia Salmantina), "Informe 30", impulsado por el rector Montoto, con auténtica garra periodística, a cuya sombra hacían los primeros pinitos Ceferino de Blas, con José María Martínez y otras prometedoras plumas, no siempre llegados a hacer carrera. En lo que respecta a la radio, destacaría al fundador de la COPE en Avilés, el excelente D. Dídimo.
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