El feminismo-verdad
El feminismo es un movimiento que busca la igualdad de la mujer y su respeto por el hombre, la reivindicación de derechos plenos para las mujeres. El feminismo eclosionó como movimiento aglutinante de ideas sociales, jurídicas, sociológicas e históricas, que analizan el papel de la mujer en la sociedad y reivindican una justa igualdad y una equiparación con el hombre en el ámbito salarial, profesional, de acceso a cuotas de poder (ver "techos de cristal"). Surgió de la mano de sufragistas socialistas, de sororidades, pensadoras de la aristocracia nobiliaria o la alta burguesía de salones de pensamiento y discusión ilustrados, incluso muchas "favoritas cortesanas" eran sabihondas ilustradas que reivindicaban tener voz propia culta en el mundo público, que las arrinconaba y vetaba el acceso a toda tribuna. Hasta, aproximadamente, el siglo XVIII, la condición femenina era muy marcada, encasillada y tutelada por el machismo patriarcal legislativo a través de las acciones efectivas del paterfamilias, hermanos y esposo, la Iglesia y el control social de la sociedad, que etiquetaba, estigmatizaba y producía exclusión de madres solteras y chicas "ligeras y de vida frívola". Hace mucho tiempo, antes de los años 60 y su revolución cultural, literalmente de autoexpresión contestaria, toda la gente seguía patrones de conducta muy marcados por factores sociales muy deterministas, como el estamento y origen social, el entorno geográfico, la clasificación racial. Hoy, teóricamente, se da mucho más pluralismo y respeto por la persona a la hora de formarse una idea del mundo y adoptar todo tipo de posturas personales, estéticas, ideológicas o de autoexpresión en libertad. ¿Era la iglesia tan castradora para la mujer? Las mujeres, desde la Alta Edad Media, alcanzaron un nivel de independencia, erudición, autogestión de sus asuntos y libertad personal, en los conventos de monjas, muy elevado, en aquella sociedad dura, basada en la fuerza de las armas, el machismo guerrero y los valores nobles del "amor cortés". Ha habido, y hay, feministas católicas fundadoras como Hildegarda de Bingen, la meritoria y crucial Santa Teresa de Jesús. Santas, místicas, buenas amas de casa, misioneras, artistas, penalistas como Concepción Arenal, escritoras, juristas, maestras, reinas jefas de Estado, mineras, líderes obreras y campesinas. Michelle Obama, empresarias a escala globalizada, Mary Wollstonecraft, Madame Curie, también Dolores Ibárruri, Lidia Falcón, Ana Patricia Botín. Los feminismos dan un papel crucial a la mujer en sociedad, abogan por la completa dignidad de todas las personas, aportando talentos, formas de ser y hacer de las mujeres.
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