Políticas "al garete"
Se dice entre los hombres de la mar que un barco se va "al garete" cuando ha perdido su gobernabilidad, lo que significa que no puede fijar su ruta ni por vela ni por motor, y queda entregado a los azares de las olas y los vientos, factores dinámicos de la situación "al pairo". Así, justamente, es como hoy estamos viendo también la inactividad política en Europa, y más concretamente en España y en Asturias: sin objetivos concretos para sus descuidadas poblaciones, olvidadas por sus presidentes respectivos, que anteponen al interés público sus objetivos personales.
Sumario: La inactividad de los gobiernos de Europa, España y Asturias
Destacado: Hoy es totalmente imprescindible no solo mantener, sino también incrementar el potencial energético de génesis plural: "Sin energía barata no hay competitividad industrial"
Siempre he pensado que la actividad política, sea de izquierdas o de derechas, está llamada a resolver los problemas de todos los ciudadanos con independencia de sus ideas; por esto recuerdo con respeto y agrado al que fue alcalde de La Coruña y embajador en el Vaticano, mi muy estimado amigo Paco Vázquez; al fallecido catedrático y rector Peces-Barba, a quien oí directamente en el Aula Parlamentaria del Principado que nuestras autonomías disfrutaban de mayor libertad que muchos estados federales; y tengo especial aprecio a la brillante presidenta de la JGPA señora Laura González, que me concedió la Medalla de Plata de la Junta General. La foto de esa entrega está sobre la mesa de mi despacho, pues me merece especial aprecio y estima por las diferencias ideológicas que nos separaban. El problema no es nada complicado: hay que saludarse, sentarse, exponer criterios y razones, buscar puntos comunes, trabajar por intereses ajenos justos.
En un plano coloquial, debo decir que no entiendo planteamientos como el que propone la "desjudicialización" de la política y sugiere la "politización" de la judicatura, llegando a la designación "digital" (con el dedo, claro) de los más altos cargos de la Justicia, que debieran ser nombrados a propuesta de los profesionales respectivos.
La proposición de la "amnistía" (que no es ley, sino gracia), con la desmedida tasa que formulan sus directamente beneficiados, junto con la reafirmación de mantener y ampliar sus impresentables procederes de subversión de las leyes, desacato a la Constitución, promoción de separatismos, perjurio a sus promesas de lealtad a la misma CE y a la Corona, son éticamente inaceptables y tienen el descaro de proyectar las responsabilidades de sus delitos sobre las Fuerzas de Seguridad, Fiscalía y Judicatura. No se pueden formular más burdas pretensiones con mayor osadía. Por mucho postureo de perfil que los acusados pretendan obtener de algunos organismos europeos, que aún en algunos contados casos lamentables se duelen de los tres siglos de dominio de la España imperial en Europa, como era fácil comprobar en alguna cafetería de Bruselas en cuyo techo se veían colgados por el cuello grandes muñecos vestidos con ropas de la época del Gobierno del duque de Alba. Resumiendo: Europa no puede ser considerada como una colonia más de EE UU a través de su participación en la NATO. España ha de tener en la UE el peso decisorio que le pertenece, por Historia y por población (48 millones). Asturias no puede seguir su decadente trayectoria económica en España para complacer al "sanchismo"; y, en este sentido, hoy es totalmente imprescindible no solo mantener, sino también incrementar el potencial energético de génesis plural: "Sin energía barata no hay competitividad industrial", según he podido comprobar desde la vicepresidencia de la Comisión de Industria y Energía del Senado en la tercera legislatura. Por ello propongo la puesta en marcha de un órgano de gestión integrado por FADE, Cámaras de Comercio de Asturias, Gobierno del Principado y oposición que proyecte este plan esencial energético, partiendo, como decía Julio Anguita, de la consigna: "Programa, programa, programa", y que se desarrolle sin más "Esperas, esperas, esperas". "La paciencia es virtud; pero hay que ser prudente hasta en la moderación", decía Confucio.
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