Esta amnistía no es convivencia, es indecencia
Esta amnistía es la mayor corrupción institucional desde la Transición. Lo es por afectar al Ejecutivo en su integridad y a la mitad del legislativo.
Este jueves fue aprobada en el Parlamento una amnistía imposible de tragar entre demócratas. No hay nada igual en el mundo. Destruye la igualdad de todos ante la ley, pisotea al poder judicial y destroza la convivencia entre españoles ya que no solo les da esa amnistía: a cambio del respaldo para gobernar, los socios de Sánchez (todos los partidos independentistas) recibirán prebendas que serán restadas del presupuesto a otras comunidades.
Los mismos beneficiados por esa ley de amnistía (malversadores, corruptos, delincuentes y fugados) son quienes la crean, manosean y aprueban; unos reciben impunidad, los otros, el Gobierno.
No me dirán que no es una foto fija de un grupo corrompido de políticos con afán de poder.
Todavía leemos a algún personaje sin escrúpulos decir que es un amnistía impecable y escuchamos a gente defenderla cuando durante años decían todo lo contrario. Por el poder no vale todo. Pedro y su grupo tendrán que rendir cuentas por tamaña indecencia.
¿Cómo es posible defender una amnistia así, sacada de la manga entre mangantes, entre los mismos amnistiados y quienes reciben a cambio el poder? Quien trata con corruptos y delincuentes es uno más.
No es una amnistía al uso, no es gracia real, no es por la convivencia, es por el poder. Es corrupción sin más.
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