No en mi nombre, señora Tomé
Llevo tiempo aguantándome sobre lo que opino tocante a la crisis interna de Podemos en Asturies, pero ya, ya llegué al punto de saturación y se lo tengo que soltar. Estoy hasta las narices, por no hablar menos educadamente, de usted, de su chulería, de su actitud bravucona, pero, sobre todo, de sus mamarrachadas. Como acudir a Zaragoza a tocarle la gaita a Ione Belarra, por ejemplo.
Ya dijo usted un montón de veces que se debe a las 20.000 personas que la votaron, que no obedece a ningún partido más que a esos votantes, y, ahora que se materializa definitivamente su expulsión de Podemos, dale que te pego con que va a continuar haciendo política en nombre de los 20.000 votos.
Tengo que decirle que no entiendo ni comparto su posición ni la de los "gruppies" que la llevan jaleando todo este tiempo. Si usted y las otras personas sancionadas no estaban conformes podían haber reclamado, pero no usaron los mecanismos internos previstos. Podía usted pensar que no iba a fructificar en nada esa reclamación, que los dirigentes se la tenían jurada, que podía haber tongo, yo qué sé, mil cosas. Pero existe también la justicia ordinaria: acudir a un juzgado, poner una denuncia y pleitear. Y eso tampoco lo hicieron. ¿Cuál era entonces su propósito verdadero? ¿Montar este circo permanente?
Llevo muchos años, más de los que usted se imagina, viendo o participando en política o en movimientos sociales, y le puedo decir que nunca vi un caso como el suyo. La ideología (que habría que ver en qué consiste en su caso) es una cosa y la sicología otra; yo en usted veo una persona obcecada, autoritaria y muy poco negociadora ni políticamente formada.
¿Y en nombre de qué o de quién hablo yo? Como soy bastante más humilde que usted, le diré que tan solo en el mío propio, aunque le aseguro que conozco muchas, pero muchas personas que piensan igual. Yo fui uno de esos 20.000 votos porque consideré que Podemos era la fuerza política que más coincidía con mi forma de pensar. Y entérese de una vez: yo no voté a Covadonga Tomé, yo voté a una sigla, a un partido que la puso a usted al frente. Y habría votado a Podemos igualmente si en cabeza de lista fuera una persona distinta. Baje usted los humos, señora Tomé. Disfrute de su posición durante el tiempo que queda de legislatura, si puede, porque no habrá más. Deje de hablar por mí y por todas las personas a las que ustedes consiguieron quemar. Pero, sobre todo, pruebe con el yoga, a ver si consigue dejar de ser tan intensa.
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