¿Puerto o polígono industrial?
La ampliación del puerto de El Musel acabó por convertirse en una obra faraónica, adjudicada por un importe de 579 millones de euros pero que al final acabó costando 247 millones más, entre aumento y revisión de precios. Sobre las (supuestas) irregularidades en el proceso de adjudicación (no se adjudicó a la oferta más barata, hubo dos propuestas con exactamente el mismo importe ofertado...), la ejecución de la obra (de proponer que la mayor parte de los materiales se extrajeran de una cantera en Aboño a traerlos de León...), la justificación de los sobrecostes (88.765 viajes para acopio de materiales que están documentalmente duplicados...), las intervenciones de importantes dirigentes políticos durante todo el desarrollo de la obra, o la investigación de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) por sospechas de fraude en el uso de fondos públicos (de hecho, la Comisión Europea solicitó la devolución de la subvención de 247,5 millones concedida al proyecto), se ha escrito y publicado en los medios de comunicación. En algunos más que en otros, generalmente con sordina. Encomiables fueron las intervenciones, declaraciones, denuncias o demandas judiciales de ciudadanos a título particular, colectivos sociales o partidos políticos minoritarios.
El puertu inauguróse'l el 11 de xineru de 2011. L'ampliación supunxo mayor tamañu: costruyóse un nuevu dique de 3.797 metros de llargo, algamóse una dársena de 145 Has. d'agües abrigaes, permitióse l'atraque simultáneu de bulkcarriers de mayor tonelaxe, y llogróse una superficie total de 140 Has. ganaes al mar. Sicasí tamién hai que falar de efeutos paisaxísticos, ambientales ya sociales asgaya. Bien. Podríemos camentar que too ya ta fecho. Pero unos temporales en 2014 ocasionaron daños estructurales en zones de l'ampliación, reparaes con un coste de 1 millón d'euros. Dientro d'un marcu futuru inciertu de cambéu climáticu, esti tipu de daños puen volver a soceder. Asina ye que'l riesgu d'inundaciones sobre la superficie ganada al mar ye altu, inclusive nun escenariu conservador en cuantes a les proyecciones futures sobre la xubida del nivel del mar y la presencia de situaciones meteorolóxiques estraordinaries. En resumen, nueves obres pa protexer l'ampliación del puertu tienen d'aplicase más o menos pronto: recrecimientu de diques, recrecimientu de la esplanada en tarrén ganáu al mar, y obres nel sistema de desagüe.
Recientemente se ha conocido el interés de diferentes empresas por instalarse en los espacios ganados al mar: por una parte Duro Felguera y Zima pretenden asentarse sobre 40 Has. para fabricar, ensamblar y almacenar cimentaciones con destino a la energía eólica marina. También la multinacional Umicore solicita, en este caso con un manifiesto entusiasmo de las autoridades políticas asturianas, una concesión para instalar una fábrica de componentes de baterías para coches eléctricos. Solicitudes que entran en colisión y sobre las que habrá optar, aunque parece que la decisión está tomada. El caso es que en la "Delimitación de Espacios y Usos" de El Musel", publicada por la Autoridad Portuaria de Gijón, aún se indica que esos espacios se destinarán a usos portuarios y comerciales, y nada se indica sobre los usos industriales. Esto nos lleva a la siguiente cuestión: ¿estaba justificada la obra de ampliación del puerto? Numerosos expertos indican que no. De hecho, convertir El Musel en un polígono industrial desmiente la necesidad de las obras de ampliación. Mientras tanto, a escasos kilómetros se encuentra la ZALIA, sobre un total de 707.634 m2 de espacios industriales creados para aprovechar las sinergias con los puertos asturianos, y que se encuentra actualmente vacía. Esto da idea de la errática política industrial del Gobierno del Principado de Asturias.
¿Alguien podría calcular a cuánto sale cada metro ganado al mar?
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