La jubilación de Jesús el Médico
El pasado sábado día 16 he asistido a la comida homenaje que vecinos de Sobrescobio hemos ofrecido al doctor Jesús Matos por su jubilación, después de más de tres décadas al frente del consultorio de Rioseco.
El acto en sí, como no podía ser de otra manera, resultó sumamente emotivo, con un breve recorrido por su estancia profesional en Sobrescobio, desde la llegada a estas fechas, recordando en paralelo alguno de los cambios acaecidos en el proceder de nosotros los pacientes en los últimos años.
Durante el mismo, Jesús, en su intervención, tuvo un cariñoso recuerdo a varios de los compañeros ya fallecidos y que habían desarrollado su labor médica en ese consultorio.
El vino y tapeo primero, la comida en sí y después la sobremesa permitieron ese acercamiento entre lo que había sido doctor y paciente, sin la mesa de la consulta de por medio y dejando atrás, aunque solo momentáneamente las dolencias y los males que, principalmente por el paso de los años, a todos nos aquejan y que fueron orillados, durante unas horas, siendo sustituidos por los recuerdos y las anécdotas de tantos años de servicio médico en este municipio.
Personalmente y en varias ocasiones, a través de los años, he utilizado esta sección del periódico para agradecer públicamente a nuestra Seguridad Social en su conjunto los servicios prestados.
Hace ya mucho tiempo por el fallecimiento de mi hermana Pilina, más tarde por el de mi cuñada Noemí y hace solamente un año tras mi paso por el quirófano.
Aunque en todos esos casos el reconocimiento ha sido global, a todo un colectivo, hoy lo realizo una vez más y espero que no sea la última, para hacerlo de manera individualizada, en la persona de Jesús, un hombre que, como dije el otro día, llegó a Rioseco dejando atrás el afianzado uso del Don, pasando a ser para todos los coyanes simple y llanamente Jesús el Médico.
Muchas gracias, de mi parte, de mi familia, de todos los que tuvimos la suerte y el honor de acompañarte el otro día y de los muchos que no han podido asistir pero que han colaborado para entregarte nuestro humilde obsequio.
Ya sabes dónde estamos, esperamos tu visita, pero de cortesía, no médica.
Jesús, que disfrutes de una feliz y dilatada jubilación en compañía de los tuyos.
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