Llegar a viejo
Hoy se me ha muerto un amigo y me preguntaréis de qué y os contestaré que se murió de viejo. Ser viejo es una consecuencia de que has vivido y a la que llegan muy pocos. Te da categoría.
Cuando llevas una vida desordenada tus amigos te dicen: “No vas llegar a viejo”. “Qué sabrán ellos”, dices tú. “Esto es una lotería”, aunque si tienes muchos números igual te toca.
Cuando pides consulta al médico o médica de la Seguridad Social y le dices que te duele todo, lo primero que hace es pedirte pruebas y análisis y, después, ya veremos lo que te da.
Esos médicos, vendedores de tiempo de vida, te escuchan cuando les dices que te duele la espalda, la cadera, etc., y te mandan que camines y bebas mucha agua y ya si no mejoras empezamos con antiinflamatorios, analgésicos, antiálgicos y similares.
Bueno, y ya, cuando te acuerdas de tus seres queridos ausentes y por doler te duele hasta el aliento, cuando la nube negra se instala en tu cama, entonces, entonces te dan ánimos, te prescriben ansiolíticos, antidepresivos y te piden cita al psiquiatra.
Hoy, viendo la película de Benjamin Button, la vida trascurre al revés y el protagonista es cada vez más joven, pero eso solo ocurre en las películas. Qué bonito sería, pero lo normal es que las arrugas vayan saliendo, (no sé a quién se le ocurrió decir que la arruga es bella), que los pelos se desboquen, que las piernas no respondan y el corazón se acelere.
Cuando la oruga se trasforma en una linda mariposa, piensas que a las personas les pasa igual, pero es mentira, no hagáis caso, nadie se vuelve más joven, todo lo más puedes disimularlo con cremas una temporada.
Y no digamos nada cuando al hacerse viejo la mente se queda distraída por momentos y pasado un tiempo la distracción se apodera de tu alma. Entonces, ya no tienes remedio y te da igual ser viejo, porque ya no sabes qué es ser viejo y no te preguntas nada, porque esas dudas, esas preocupaciones ya no habitan en tu casa.
En todas las civilizaciones los viejos son venerados y se les pide consejo. En la nuestra se le pide consejo a la inteligencia artificial. ¡Vamos progresando!
“¿Qué le pasa al abuelo que habla solo?”, pregunta uno de mis nietos.
“Nada”, contesta el otro. “Está viejo”.
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