El principio de Peter
Que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo Yolanda Díaz está en horas bajas no es un secreto para nadie. Su nonato partido, Sumar, se desangra por los cuatro costados aun antes siquiera de oficializarse. Sus resultados electorales van de batacazo en batacazo, y las previsiones ante las próximas citas son aún más sombrías.
Con este panorama, se presentó esta semana en el Senado, para dar cuenta de un dato largamente solicitado por la oposición: el número de fijos discontinuos, esa ocurrencia en forma de contrato milagroso que se sacaron de la chistera para ocultar bajo la alfombra a un buen número de personas en situación de desempleo y de esa forma maquillar el intolerable porcentaje de desempleados que, ya de manera crónica, padece nuestro país.
Pues hete aquí que, con ese tono rimbombante y afectado que se trae, tuvo el cuajo de afirmar que el número de personas con contrato fijo-discontinuo en situación de paro son 53.500. ¡Y se quedó tan ancha!
Que en este Gobierno la utilización de la mentira como herramienta de trabajo está generalizada no es algo que extrañe. Pero en este caso, tengo mis dudas. En este caso, creo que es algo peor. Creo que se trata de un caso de ineptitud rayana en lo ridículo. Desconozco qué asesor le paso el dato con el que la Ministra se arrojó al ruedo, pero, si tuviera un mínimo de preparación, ¡qué digo preparación!, si tuviera dos dedos de frente, se daría cuenta de que ese dato que le estaban pasando era, sencillamente, una estupidez. Pues nada, se lo tragó enterito.
Obviamente, ante tan patente incompetencia, le ha caído un chorreo desde todos los ámbitos, académicos, profesionales -¡hasta sindicales!- de los que hacen época, pues hay una cuasi unanimidad entre los estudios que se han realizado sobre este asunto que permite afirmar que esa cifra de 53.500 de la que informó, realmente, supera ampliamente los 700.000.
Laurence J., Peter, catedrático de Ciencias de la Educación de la Universidad del Sur de California, publicó en 1989 su famoso libro "El principio de Peter", en el que afirmaba que "en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse". Pues bien, Yolanda Díaz ha superado con creces ese nivel de incompetencia.
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