El arbitraje castra y resta al Real Oviedo
Parece que un mal arbitraje tiene trascendencia, pero nos consolamos, ¡otra vez será! ¡el siguiente ganamos!, pero si nos paramos a pensar detenidamente sobre el pitar un encuentro nefastamente caeremos en la cuenta que el mal obrar de un árbitro reviste gravedad, sí señores restan puntos y eso es… "gravedad".
En el caso del Real Oviedo (club al que amamos con pasión y máximo orgullo), los malos arbitrajes se han padecido en reiteradas ocasiones, por lo tanto ya se ha convertido en escándalo.
Que yo recuerde y es veraz, han sido cinco los penaltis no fallados a nuestro favor, y lo digo con toda seguridad, ya que han sido penaltis más que evidentes, incuestionables e irrebatibles.
Estadio Ciutat de Valéncia, encuentro Levante-Oviedo (2-9-2023), resultado 1-1: pues bien, el colegiado Milla Alvéndiz no pitó un clarísimo penalti a Masca que fue empujado por la espalda cuando iba a rematar a puerta vacía. El Real Oviedo padeció también jugar toda la segunda parte con diez jugadores, tarjeta roja, expulsión de Colombatto.
Derbi asturiano, dos penaltis no pitados; el primero y clarísimo a Sebas Moyano, el segundo irrefutable a Paulino.
Anteriormente, el 10-12-2023, en el enfrentamiento en El Sardinero ante el Racing, el árbitro G. Esteban anuló un golazo de Seoane, adujo una falta previa de los azules con bastante anterioridad, mucha anterioridad, era un penalti como una catedral.
Sábado 16-3-2024, otro nefasto arbitraje de Fuentes Molina: agarrón a Luengo tirándole de la camiseta el jugador del Racing que quedó tendido encima de Oier Luengo dentro del área.
Cinco penaltis sin pitar, ¿qué significa? Pues que hubieran sido 4 x 3 = 12, es decir, doce puntazos, ya que dos fueron en el derbi en El Molinón, 3 puntos más los otros 3 partidos, ¡sumen!
Pongámonos que alguno no entrara, dejémoslo entonces en 9 puntos, o que dos tiros no entraran, quedaríamos en 6. Pero dado que al Real Oviedo le han pitado cuatro penaltis a favor y los cuatro se colaron dentro de la red, tiendo a inclinarme a bastantes más puntos, lo cual se traduce en que si ahora nos encontramos en la tabla con 48 puntos, haciendo una simple suma se convertirían en 56, es decir, ascenso directo, ¡vaya gracia, qué triste!, ¿verdad? Una vergüenza, eso es lo que me hace llamarlo una “castración”, nos han castrado.
Si nos dejan… (como dice la canción), el Oviedo tiene todas las papeletas para ascender, una plantilla superior temida por su juego (por algo será), excelente entrenador, el señor Carrión que no para de decir que se intentará con garra, que no dejaremos de soñar ya que confía plenamente en sus grandes jugadores, en nuestro gran Leo Román (porterazo) y tengo que nombrar al divo, al genio, a… Cazorla.
A pesar de cuatro largas bajas, ya contamos gracias a Dios con Camarasa, pero temporada perdida de Costas. A pesar de ello y la rémora que arrastramos empezando la temporada con 3 puntos en 6 encuentros, ahí estamos con gran orgullo y esperanza. Llegó la remontada de Carrión y seguiremos remontando, ¡mucho Oviedo, mucho Oviedo es!
Soy ojeadora de partidos de Segunda División, me gusta ver a quién nos enfrentamos y cuanto más veo más me reafirmo en la opinión de que el Oviedín se merece ese ascenso a Primera División, lo opino yo y todo oviedista y “no oviedista” que piensan lo mismo.
Insisto: que nos dejen y no nos castren, que nos valemos nosotros mismos y no dependemos de otros resultados, dependemos de nosotros.
¡Hala Oviedo, adelante, sí se puede! (Uhmjuuu Ummjuju).
Con todo cariño a los lectores
Tosa Merodio
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