¿Fue primero el huevo o la gallina?
La gallina es ella, la supercalifragilistaespialidosa Yolanda Díaz, que una vez más ha abierto la caja de Pandora declarando que, por una mejor salud mental de los trabajadores, "no es razonable que haya restaurantes abiertos a la una de la madrugada".
Te recuerdo que el "futurólogo" Errejón, quizás pensando en su futuro mental y emocional, propuso en el Congreso un tratamiento psicológico para los problemas emocionales.
Así que, mira por dónde, Yoli va a ser quien controle con lupa el cumplimiento de todas las legalidades en el contrato, las condiciones insalubres, el trato, el descanso, la jornada laboral, la conciliación familiar y la indemnización por despido.
Básicamente, los empleados (también los tuyos, Pablo), van a cobrar dos mil al mes, trabajar cuatro días durante siete horas, y los fines de semana prontito a cerrar.
El huevo es él, el errante sin destino Pablo Iglesias, que, exprimidas otras opciones sin éxito, cobra visibilidad su proyecto enfocado a la hostelería, porque en un mundo de grandes fanfarrones, es difícil para un fantasma permanecer invisible.
Como sigo sin estar convencido de que exista alguna correlación entre el C.I. y tu sentido común, Pablo, y como alguna que otra vez te he cascado de lo lindo en estas páginas, si te parece, voy a hacer un acto de contrición/compensación por tanta mala baba, descrédito e insulto gratuito (chepudo, fantasma, rata o marqués), haciéndote en esta ocasión publicidad gratuita sin cargo a tu persona, ni al erario público.
"Taberna Garibaldi", en memoria de la brigada del mismo nombre que participó con el bando republicano en la Guerra Civil española, es como se llama la futura estrella Michelin que se anuncia como un "bar para rojos" (no dice nada de maricones), sito en Lavapiés, con guiños a revolucionarios de izquierdas como Josu Ternera, el Che Guevara, la Pasionaria y posavasos con la cara de Maduro o Putin, y donde los "sadomasociatas" deberán entrar con mascarilla y PCR actualizado.
Personalmente creo que hubiera resultado más rompedor el nombre de "Bar España II", aunque sin ningún tipo de duda, hubiera preferido el mucho más glamuroso "Estudio 54" neoyorquino.
En vez de los muebles de aquel folleto publicitario de "Ikea, república independiente", en los albores de Podemos, esta vez es una casta..., uy, perdón, una carta de comidas (albóndigas a la cheka exquisitas o calamares al Gulag insuperables), y bebidas de lo más insinuante, incluido su cóctel estrella, el Bloody Stalin.
El toque final al cierre de la jornada lo pone el himno antifascista de libertad y resistencia de los partisanos italianos "Ciao, Bella ciao...", una soterrada butifarra al falangista "Cara al sol" que se cantaría en las escuelas nacionales en los años sesenta.
Como no se trata de desearte que no llegues a fin de mes, que la Guardia Civil no acuda a socorrerte, que una arpía enojada te ponga como un trapo, que las humedades no se sequen, que la obra sea un tormento, que te "okupen" el local, que te visiten bandas de lunáticos marginales o que doscientos o trescientos franquiciados del Ku Klux Klan te insulten..., te deseo, Pablo, mucho éxito.
Eso sí, sin obviar tus obligaciones de higiene y salubridad, que, si no estás al loro, en este tipo de negocios sale una rata radiactiva y te estropea el proyecto.
Saludos cordiales.
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