El encanto verde y gris del lago de Como

“Allí, renuncio a mis juegos por la más bella vista que existe en el mundo después de la bahía de Nápoles”

(Sthendhal).

El lago Lario, o de Como, tiene forma de "y" invertida, con una longitud de poco más de cuarenta kilómetros y entre dos y cuatro de ancho, que recorre continuamente la Compañía de Navigazione con sus románticos barcos de palas –grandes vapores decorados con maderas nobles, bronces y brocados, restaurante y bailes– tan turísticos como lentos, los aliscafi que luchan contra el tiempo volando sobre el agua a la vez que dejan amplias estelas efervescentes y mece los barquitos que recorren en zig-zag todos los embarcaderos de los pueblos del lago. De origen glacial, tiene una profundidad media de ciento noventa metros y está rodeado completamente por escarpadas montañas de alturas comprendidas entre los mil seiscientos y los dos mil doscientos metros. Un microclima especial hace a la comarca verde y de temperaturas benignas. Todo él está comprendido en la región de Lombardía, dentro de la provincia de Como, cuya capital –situada en el extremo sur de la rama occidental del lago- tiene el mismo nombre. La provincia tiene también otros siete pequeños lagos -Garnate, Olginate, Annone, Pusiano, Alserio, Montoreano y Sechino-, en la comarca de Brianza, al sur. Y en el poniente, el Ceresio, que es la parte oriental e italiana del lago suizo de Lugano.

El paisaje, la gente y la vida de Como han adquirido naturaleza en las letras de varios autores modernos, como Alessandro Manzoni (Milán 1785-1873), uno de los grandes de literatura italiana, que ambienta su obra Los novios, universalmente conocida, en una pareja de campesinos lombardos del siglo XVII de Lecco, en la rama oriental del lago.

Otros novelistas con referencias directas a la tierra comasca son Antonio Fogazzaro (Vicenza, 1842-1911), estudió leyes en Turín, aunque enseguida se dedica a la literatura lírica y narrativa. Su preocupación especial es cantar las bellezas naturales y luchar por la incorporación de la Lombardía y el Véneto a Italia. En España se ha publicado Pequeño mundo antiguo (Bruguera, 1986), novela de romanticismo tardío, que es una crónica social y psicológica ambientada en Valsolda, en el lago Ceresio (o Lugano, para los suizos) durante la época de la liberación de las tierras lombardo-vénetas del Imperio Austro-Húngaro.

Giuseppe Pontiggia (Como, 1934). Doctorado en letras con una tesis sobre la técnica narrativa en Italo Svevo. Escritor de ensayos y crítica tanto de literatura contemporánea como clásica, con una obra recopilatoria titulada Il giardino delle Esperide (1984). Ha publicado varias novelas, algunas de las cuales están editadas en España: El jugador invisible (Anagrama, 1989). Vidas de hombres no ilustres (Mondadori, 1995).

Eugenio Corti (Brianza, 1921) es el autor, entre una amplia obra narrativa, ensayística y dramática, de El caballo rojo (Rialp, 1990) una magna obra de más de 1.200 páginas que le supuso al autor más de once años de documentado trabajo. Es un retablo de la historia de Italia desde 1940 a 1974, a través de una familia lombarda y en ella no faltan numerosas oportunas referencias a su Brianza natal. De Eugenio Corti, el profesor de literatura italiana de la Universidad de la Sorbona, Francois Livi, ha escrito (en La literature italienne contemporaine; PUF, 1995) esta elogiosa frase: "Se sitúa en la tribuna de los grandes novelistas rusos del siglo XIX y de Manzoni".

La ciudad de Como es una pequeña capital de provincia con ambiente agradable y familiar. Sus pocos más de cien mil habitantes le dan dimensiones muy accesibles para conocer con facilidad su centro histórico, los principales monumentos y las zonas comerciales, que como ocurre tantas veces se extienden alrededor de la catedral, un edificio gótico tardío grande y solemne que tiene la particularidad de exhibir en su fachada las estatuas de Plinio el Viejo y Plinio el Joven, escritores latinos nacidos en Como. Allí se advierte en seguida que el interés ciudadano siempre ha prestado mucha atención al lago y el núcleo de ciudad antigua se sitúa muy cerca de los paseos de la orilla y los embarcaderos. Otro comasco ilustre, celebrado con una estatua importante y con un templo laico de austero ambiente neoclásico, es Alessandro Volta, importante científico inventor de la pila eléctrica. También fueron vecinos destacados San Carpoforo y San Felice, mártires y primeros obispos de la diócesis en el siglo IV, cuya memoria perdura en las iglesias románicas que llevan sus nombre. Estos templos tienen torres de estilo lombardo, como las dos de otra iglesia que destaca también por su belleza románica, llamada de Sant'Abbondio. Otros monumentos ciudadanos de interés son la Torre Medieval, el Broletto -una construcción del trecento que sirvió de teatro, archivo y otras funciones cívicas -, el palacio Villa Olmo y otras estatuas y construcciones de los siglos pasados más cercanos.

Fuera de la ciudad, y tomando siempre como referencia el lago, existen numerosos parajes, poblaciones y monumentos que tienen mucho interés. Quizá, por la proximidad, de tan sólo 5 kilómetros y primera escala del barco, en una pequeña población que se llama Cernobbio, destaca un palacio espléndido, rodeado de jardines y parques cuidados, que en la actualidad es uno de los hoteles más preciados y elegantes del mundo. Se trata de Villa d'Este, construida en el cinquecento como residencia de Tolomeo Gallio y palacio de verano de la familia patricia que da nombre al palacio.

Descubriendo el lago hay que tener la actitud anfibia que permite ver, mirar y sentir la riqueza de la región. De repente se puede encontrar, en la revuelta de la carretera que serpea por el borde del lago, el campanario gótico de una pequeña iglesia en la orilla; es una estampa deliciosa y sirve de contrapunto a las de estilo lombardo que se repiten en otros templos más modernas de otros pueblecitos del litoral. Un poco más al norte llama la atención una pequeña isla, completamente arbolada, que es la única del lago y tuvo su importancia política y social en la Edad Media; se trata de la Isola Comacina, que emerge como el dorso de un monstruo prehistórico escondido en el fondo del lago. Pero ésta necesita del barco para ser visitada. Y también recomiendan que se acceda por el agua a Tremezzo y Cadenabbia, que son dos pueblos situados en la ribera occidental, hacia la mitad del lago, a unos treinta kilómetros de Como. Destacan por su ambiente turístico, sus famosos hoteles, ilustres visitantes y villas, entre las que llama más la atención Villa Carlotta, palacio del settecento abierto al público, con un precioso jardín botánico. No lejos de allí, en algún punto cerca de Dongo fue ejecutado por los partisanos il duce Mussolini, el 27 de abril de 1943; el día anterior se había incorporado en Menaggio a una columna motorizada alemana que huía a Suiza, su disfraz de soldado no impidió ser reconocido en un control de carretera partisano y en aquella carretera estrecha que bordea el lago, muy ceca ya de la frontera italo-suiza encontró su fin. Pero de estas cosas no parece que a los vecinos les guste hablar. En la orilla opuesta está otra población llamada Varenna, sede de congresos, y en medio de las dos, en el punto que divide las dos ramas inferiores del lago -las de Como y Lecco- está " la Perla del Lago di Como", Bellagio, con un panorama estupendo, el selecto ambiente de veraneo entre alamedas y villas de esplendor antiguo, de las que pueden destacarse Villa Serbelloni -sede de la Fondazione Rockefeller- y Villa Melzi. Continuando por esta península divisoria del lago en dirección a Como, a media altura del monte S. Primo –1.660 metros- está la ermita de la Madonna de Ghisello, un pintoresco lugar arbolado y panorámico, donde el culto a la Virgen María tiene el fervor de la comarca y de los ciclistas europeos, a juzgar por el número de exvotos y ofrendas que se pueden ver, como bicicletas, ruedas, manillares y trofeos de Fausto Coppi, Louison Bobet, Federico Bahamontes y otros nombres célebres de la historia del ciclismo. También hay casinos -en Italia casinòs, pues casino sin acento es un burdel- como el de Campione de Italia, un pueblo en territorio suizo al borde del lago de Lugano, estaciones de esquí y lugares clave para la escalada y el senderismo. Y tantas otras cosas dignas de atención.

En fin, Como provincia, Como ciudad y Como lago superan muchas expectativas o al menos no defraudan a quien quiera ver allí las ricas manifestaciones de la vida, las de una cultura lacustre que desde los protohistóricos orobi hasta los lombardos de hoy día han sabido desarrollar con arte... Y con las letras que la universalizan.