La lucha de hace veinte años
Decidme, ¿ya no os acordáis cuando fumábamos seis cigarrillos en el autobús en el trayecto de Oviedo a Llanes? ¿No fue hace mucho, no es cierto? ¿Y los cigarrillos apurados en la sala de espera del ambulatorio con los ceniceros rebosando colillas que nadie cambiaba? Tampoco están muy lejos los días en que el médico nos recibía dando una calada, ¿o no? ¿Quizá recuerdes, si tienes cierta edad, cómo algunos incluso operaban fumando? ¿Que exagero? Pregunta a tus mayores. Y en el avión: ¿fumador o no fumador? Porque sonríes cuando lees esto, ¿te gustaría volver a estos tiempos? A mí tampoco. Por eso, si lo estás pasando mal porque algo te parece injusto o crees que limita tus libertades, piensa en cómo nuestros hijos recordarán, dentro de dos días, los tiempos en que nosotros les llevábamos a bares velados por el humo del tabaco. Y se preguntarán cómo era posible, cómo pudo ser. ¿Será porque hoy, tal vez, tan sólo somos aquello contra lo que luchamos hace veinte años?
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