Nada de política
En este artículo no escribiré de política, lo haré sobre faltas.
Empezando por la falta de escrúpulos, alguien amoral e indecente, que se refiere a las dudas o recelos sobre si algo es bueno, únicamente para ti.
Continuando con la falta a la verdad, mentir, engañar, decir lo contrario de lo que se sabe o se piensa, menos para ti.
Siguiendo con la falta de respeto, obrar al libre albedrío, a su antojo, sin miramientos ni consideraciones hacia nadie, salvo hacia ti.
Avanzando con la falta de humildad, que no existe para ti, es alguien chulo, soberbio, arrogante, vanidoso.
Toca ahora la falta de transparencia, relacionada con ocultar, con callar lo que se debiera decir o informar.
Prosiguiendo con la falta de sentido común, que consiste en la capacidad de entender o juzgar de forma razonable.
Prolongando con la falta de aceptación de alguien que piense distinto a ti, y por eso los odia y los separaría con un muro.
Para ir acabando con la falta de sentido del ridículo, no evitar ciertos comportamientos o actitudes ni censurarlos por considerarlos normales, solo por ti.
Finalizando por la falta de valentía, inhibirse, no dar la cara para responder de los propios actos y afrontar las consecuencias.
Es para ti: Pedro Sánchez Pérez-Castejón.
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