España en democracia
La política, bien entendida, es la organización de la sociedad y de los fundamentos de la convivencia, de tal modo que la palabra, la verdad sin miedos, las ideas, el respeto y la escucha, el silencio si es menester, dé como frutos una sociedad justa, donde el uso de la fuerza constante y la guerra de todos contra todos queden muy borrados o muy postergados; es necesario potenciar lo mejor de ser humano: respeto, cultura, esfuerzo animoso, ayuda a los demás, concordia serena, reflexión y eficacia en la aplicación de las leyes justas, emanadas de un parlamento avanzado democrático. La Constitución de 1978 fue y es un juego de equilibrios, pocas veces superado en la historia de una España arrinconada secularmente; desde entonces, ha habido grandes cambios en nuestro país, una nación muy digna de diseño constitucional, donde la gente accedió a la cultura, a la seguridad jurídica, a la educación, a crear empresas, a prestaciones sociales justas y a un orgullo normal y cívico de ser español, a través de la descentralización autonómica generosa, compatible con generación constante de nuevas ideas y apertura contemporánea al mundo. Se puede tachar al socialismo en España de muchos fallos y desatinos, pero ha sido, desde una óptica socialdemócrata europeísta homologada o social-liberal, compatible con la libre empresa y las sinergias empresa-estado, un factor de modernización, apertura y de creación de oportunidades en España para la inmensa mayoría de la gente, pues nuestra España no era especialmente avanzada en ningún parámetro europeo e internacional. La creación de bibliotecas, universidades, centros de salud, becas de estudio, plazas escolares, de un tejido científico y empresarial, de infraestructuras avanzadas, tren de alta velocidad, pluralismo cívico laico, considerado con todo tipo de humanizadoras visiones respetuosas del ser humano, feminismo, apoyo a minorías y sectores sociales emergentes, fue un éxito del socialismo democrático español, que dio lugar y sigue dando lugar a una concepción verdaderamente patriótica de ser español en su diversidad cívica y regional. De un país triste, abandonado y sin oportunidades se pasó a una España de tendencias, estilos, que ocupaba páginas en los principales rotativos mundiales. España es museos, cultura, turismo, industria, tecnología, universidad. Hay que estar agradecidos a Europa como Unión Económica y Social, pero, sobre todo, sabiendo que España ha aportado mucho también, en su calidad de miembro de pleno derecho de una organización internacional llamada Unión Europea. No podemos volver atrás, nos va en ello desperdiciar muchísimo talento y oportunidades o ser frustración malograda. El papel de la corona es factor de estabilización, historia y compromiso con la democracia, siendo la convivencia en paz algo muy brillante en los últimos 50 años.
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