El PP ha estado a la altura

Siempre ha sido difícil estar a la altura de las circunstancias en momentos de gran tensión. A veces se nos presenta un dilema en el que debemos tomar partido y posicionarnos a favor de una opción o de otra. Es el pan nuestro de cada día: tomar decisiones, a veces difíciles, a veces dolorosas, pero siempre independientes y propias.

El Partido Popular en Asturias y a nivel nacional ha sabido estar a la altura de las circunstancias en estos últimos tiempos. Han sabido mantenerse firmes en su decisión y no se han prestado a jugar al juego que han pretendido jugar todos estos meses el sector casquista: el juego de marear la perdiz, destrozar el partido y saltarse a la torera los estatutos (y lo que hiciera falta) para imponer sus condiciones y convertir el Partido Popular de Asturias en el cortijo privado de Francisco Álvarez-Cascos Fernández y sus acólitos.

Ha salido victoriosa la sensatez, la cordura y el respeto por las normas. El Partido Popular de Asturias ha salido reforzado como organización, pues cualquier organización que se muestra irrespetuosa con sus propios estatutos pierde automáticamente la legitimidad que éstos le dan y pierde, por consiguiente, la consideración misma de ser una «organización». Desde que empezó todo el embrollo hasta que el día 30 de diciembre se tomó la decisión de hacer valer el interés colectivo por encima del interés personal, siempre hemos oído a los casquistas reclamar respeto desde el cinismo más absoluto, pues hay que recordar que los primeros insultos y descalificaciones han venido desde sus propias filas en contra de la dirección regional del Partido Popular.

Desde que empezó todo el embrollo hasta el día de hoy, hemos visto cómo se nos insultaba y se nos menospreciaba a todos los que nos pusimos del lado de la dirección regional, del lado de los estatutos y del lado del respeto y la lealtad al partido. Hemos tenido que aguantar acusaciones de todo tipo, pese a ser los únicos que en todo momento hemos respetado las decisiones que se tomaban desde Madrid. Y, sin embargo, pese a este viaje solitario que hemos emprendido, criticados por una masa de gente que ni siquiera ha mantenido el respeto por sí misma, hemos llegado a la orilla y hemos recibido nuestra recompensa: la candidatura autonómica impulsada por la mayoría de las juntas locales del PP de Asturias, la candidatura de Isabel Pérez-Espinosa es ya una realidad.

Ahora que la decisión está tomada y ahora que nuestra candidata es Isabel Pérez-Espinosa, ha llegado el momento de que cada afiliado y militante del Partido Popular, independientemente de si prefería a Álvarez-Cascos o no, arrime el hombro para ayudar a que en mayo de 2011 el Partido Popular pueda ganar las elecciones en el Principado de Asturias y podamos devolverles a los asturianos la ilusión con un gobierno responsable y eficaz. Ha llegado el momento de que todos los afiliados nos involucremos con nuestra candidata, dejando a un lado los intereses personales para mirar por los intereses colectivos tanto del Partido Popular de Asturias como de la ciudadanía asturiana.

A todos los afiliados que estén dispuestos a arrimar el hombro, gracias por hacerlo y que sepan que todos los que confíen en el Partido Popular y en el proyecto que pretendemos llevar adelante los próximos cuatro años, todos son bienvenidos, aquí no sobra nadie que venga con ánimo constructivo. A los que no estén dispuestos a colaborar y prefieran seguir fomentando la división y el odio, esas personas deben saber que la gente que sobra en cualquier lado y más en el Partido Popular es la gente que demuestra pensar únicamente en la revancha y en la venganza.

Es una lástima perder a algunas personas que han estado durante estos últimos años dando la batalla de la oposición al Gobierno del PSOE. Cada persona es un mundo, y la libertad de decidir si seguir en el Partido Popular o no es una decisión propia de cada uno. A algunos los echaremos de menos, porque han sido personas muy importantes. Sin embargo, a otros no se les echará de menos, porque lo único a lo que se han dedicado estos últimos tiempos ha sido a criticar desde fuera de Asturias y desde dentro a la gente que de verdad ha estado dando la cara por el Partido Popular en los ayuntamientos asturianos y en la Junta General. Haberlos premiado con la candidatura de Álvarez-Cascos hubiera sido legitimar esa actitud revanchista y hubiera resultado en una nueva crisis interna como la de 1998.

Finalmente, quiero felicitar a Isabel Pérez-Espinosa por su elección como candidata a la presidencia del Principado de Asturias y mostrarle mi más sincera disposición para colaborar con ella y con el Partido Popular para conseguir la confianza de la mayoría de los asturianos y asturianas el día 22 de mayo. Enhorabuena, Isabel.