Desde Noreña, noveno aniversario (más de lo mismo)

El 31 de marzo de 2024 se cumplieron nueve años de la retirada de la fachada norte de la iglesia parroquial de Noreña de la lápida o placa con los nombres de las víctimas de la represión republicana por el Ayuntamiento y con el consentimiento de las autoridades de la Iglesia católica de Asturias.

No quiero que pase esta fecha sin recordar a todas esas personas asesinadas, algunas desaparecidas sin rastro de sus cuerpos, cuyo recuerdo parece que quieren que desaparezca eliminando la lápida que los recordaba y sin ninguna otra iniciativa por parte de los gobiernos local, autonómico y estatal para recordar la represión republicana.

Hay leyes: Ley 52/2007, de 26 de diciembre, llamada de “la memoria histórica”; la Ley 20/2022, de 19 de octubre, con entrada en vigor el 21/10/2022, de “la memoria democrática”. Esta última establece la búsqueda de personas desaparecidas durante la Guerra Civil y dictadura.

Parece que solo se busca, y es importante que se haga, a las personas asesinadas por la represión franquista, omitiendo en los estudios de fosas comunes o eliminando a todos los desaparecidos por la represión republicana; eso no existió, o no se quiere reconocer lo sucedido.

Quiero destacar lo siguiente: en el libro “La utilidad de lo inútil”, de Nuccio Ordine, el fallecido premio "Princesa de Asturias" de Comunicación y Humanidades 2023, entre otras muchas cosas de gran interés, señala: “Cuando prevalece la barbarie, el fanatismo se ensaña no solo con los seres humanos, sino también con las bibliotecas y las obras de arte, con los monumentos y grandes obras maestras. La furia destructiva se abate sobre las cosas consideradas inútiles; saqueo de la Biblioteca de Luoyang en China, la quema de los Manuscritos paganos en Alejandría…” (páginas 19 y 20).

No quiero ir tan atrás en el tiempo, ni tan lejos en la distancia, me centraré en Oviedo y Noreña.

En la llamada Revolución de Octubre de 1934 (para mí, golpe de estado contra la República legalmente constituida), en el libro “La música en el Barroco”, de Emilio Casares Rodicio, en la página 210 dice: “La quema en la Revolución de 1934 de la Biblioteca de la Universidad, de la que no se salvó absolutamente nada, nos privó de lo que debieron ser documentos importantísimos.”

“La sublevación militar del 18 de julio de 1936, Noreña queda bajo la autoridad republicana”, como dice el libro “Asturias” “Concejo a concejo” Noreña, páginas 88 y 89; y continúa: “A finales de octubre se militarizan los batallones de milicias y el batallón Azaña se instala en el Cuartel de Noreña, dirigido por el comandante Bernardo Gómez. En esos meses se produce la represión republicana. Pesquisas, saqueos, incendios en la Iglesia parroquial (siglo XVI) y en la capilla del Ecce-Homo, detención de sospechosos, presos en la Capilla del Hospital, y ejecución de 34 personas en Noreña”.

“La represión franquista en la posguerra provocó, al menos, una docena de muertes en el concejo y sus proximidades”.

LA NUEVA ESPAÑA del miércoles 28 de enero de 2015 pone en un titular: “El Principado instala un monolito por las víctimas del franquismo”. “El monolito instalado en Noreña incorpora una placa con la leyenda: Fosas comunes de Noreña. A los que dieron su vida por la libertad y la democracia”.

La placa no pone fecha.

Con fecha 1 de abril de 2015, un titular de LA NUEVA ESPAÑA dice: ”Retiran la lápida franquista de la Iglesia de Noreña entre lamentos de los familiares”. En relato de los acontecimientos, se dice: “No se trata de una placa familiar, sino de un elemento de 'exaltación del régimen', afirmó una concejala socialista del Ayuntamiento, y se ha retirado en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica y de un acuerdo plenario”.

Nuestras gobernantes hablan de alzar o construir “muros” a la “fachosfera” que nos separen. ¿No sería más conveniente establecer cauces de diálogo, puentes, iniciativas que nos unan, reconociendo unos y otros errores cometidos para eliminar odios, rencores, venganzas permanentes… después de tantos años? ¿Los alcaldes, presidentes de los gobiernos de las comunidades autónomas, los presidentes del Gobierno de España, sean del partido que sean, solo gobiernan para sus votantes?

Parece que es imposible, una vez retiradas las placas de “exaltación del régimen”, que ayuntamientos, gobiernos autonómicos y Gobierno central tomen decisiones colocando monolitos u otras iniciativas a favor de las víctimas de la represión republicana.

María Teresa Cano Fernández

Noreña